Pese a que el Gobierno minimiza la cantidad de muertos en las protestas contra el presidente Pedro Castillo en todo el país, es sumamente grave y doloroso que seis peruanos hayan perdido la vida en estas jornadas.
El Perú se desangra y no hay ninguna respuesta del jefe de Estado para frenar todo esto. Es evidente que Castillo no tiene una real dimensión del estallido social por el que atraviesa el país. Y por lo tanto, no asume la responsabilidad por el mal manejo de esta crisis. Su ineptitud y falta de liderazgo para conducir a la nación es alarmante y es por eso que la gran mayoría de ciudadanos pide su salida.
Para agravar todo el primer ministro Aníbal Torres cuestiona a los que se manifiestan en las calles pidiendo la renuncia del mandatario y dice que se trata de sectores de la población (A y B) “que desde el inicio no reconocieron el triunfo de Pedro Castillo”. Además acusó a la prensa de “golpista” solo porque es crítica con el Gobierno. Es evidente que se trata de una nueva manifestación de intolerancia contra la libertad de expresión. Creemos que este señor debe dejar el cargo esta misma semana por el bien del país.
Sin embargo, algo es crudamente cierto. La descomposición del Gobierno ha tocado fondo y nada (ni ataques a los peruanos que protestan ni operativos para descalificar a la prensa) será capaz de revertir la situación.