Singapur, pequeño país asiático que alberga a casi 5 millones y medio de habitantes, es uno de los países con mejor calidad de vida, además de ser el segundo país en el ranking Doing Business, por las facilidades que ofrece para realizar negocios y uno de los países con menor corrupción en el mundo. Dotado de escasos recursos naturales, salió de la pobreza construyendo un excepcional sistema de educación y creando reales incentivos para atraer empresas extranjeras, convirtiéndose en un auténtico centro multinacional, que han traído enorme prosperidad a su población, generando una renta per cápita superior incluso a la de Estados Unidos. En Singapur existe gran facilidad para abrir empresas, obtener licencias, permisos de operación y hasta para pagar impuestos. Allí, las personas gozan de libertad autentica para emprender, innovar y crear. En este pequeño país, a diferencia del nuestro, los emprendedores no necesitan echar mano a los sobornos para poder trabajar en paz y producir bienes y servicios de toda índole. Hoy por hoy, es uno de los países más ricos de Asia. La economía de mercado, basada en la industrialización, ha sido el camino y la ruta táctica que han seguido las naciones asiáticas para lograr el desarrollo y generar el bienestar de su población con bajos índices de pobreza. ¡Grandes logros que celebrar!

En el Perú, faltando apenas tres días para conmemorar nuestras fiestas patrias, la pregunta de cajón es: a diferencia de Singapur, ¿Tenemos algo que celebrar? El 28 de julio cumpliremos 12 meses de la llegada al poder de un maestro, dirigente gremial del interior del país, que no ha dado en absoluto “pie con bola”, ni señales de entender la posición en la que se encuentra encumbrado y mucho menos de hacia dónde ir, asfixiándose en la corruptela oscura de sus propias limitaciones, la de sus allegados, familiares y autoridades vinculadas a innumerables actos de corrupción y aprovechamiento ilícito del Estado. Lee Kuan Yew, ex primer ministro de Singapur, educado en Londres y quien fue uno de los principales artífices de la transformación de su país, señalaba sabiamente que “Si quieres derrotar la corrupción, debes estar listo para enviar a la cárcel a tus amigos y familiares”. Así de simple. Faltando tan poco para nuestro aniversario patrio me pregunto ¿Y, si emulamos a Singapur?