En lugar de molestarse ante las preguntas de los periodistas y de salir a decir que ya conoce el paradero del prófugo Vladimir Cerrón, el ministro del Interior, Juan José Santiváñez, debería trabajar para de una vez poner tras las rejas a este sujeto que en complicidad con sus congresistas, se está burlando no solo de él y de la Policía Nacional, sino de todos los peruanos que tenemos que soportar la impunidad de este delincuente que parece sentirse muy seguro en su escondite.
Van diez meses desde que el dueño de Perú Libre está en calidad de corrido de la justicia y los sucesivos ministros del Interior y jefes policiales nos vienen diciendo que “ya está cercado”, que “pronto habrá novedades”, que “estamos trabajando”, que “su caída es inminente” y demás frases que al final no se traducen en la detención de este sujeto que vive muy activo en redes sociales y que incluso se contacta a través del teléfono celular que ha venido usando desde años atrás.
Pero la burla a los peruanos no viene solo del evadido, sino también de sus congresistas que en la práctica son sus cómplices, pues tienen la desfachatez de rendirle homenajes públicos a quien lleva deudas con la justicia. Lamentablemente esta es la gente que eligieron los peruanos en las elecciones del 2021. Todos se quejaban y se quejan de la corrupción, pero a la hora de la hora votan por la lista congresal propuesta por el partido de un sujeto que ya tenía una sentencia por su gestión de rapiña en el Gobierno Regional de Junín.
El colmo ha sido la “conferencia” virtual que el doblemente prófugo dio durante 47 minutos desde su guarida con motivo del aniversario de su partido, el cual pasará a la historia por haberle dado al Perú el presidente más inepto y corrupto de su historia como lo ha sido Pedro Castillo, quien además dio un golpe de Estado y quebró el orden constitucional. ¿Y así celebran? Más bien deberían estar escondidos debajo de la cama por semejante vergüenza.
El gobierno de la presidenta Dina Boluarte, el ministro Santiváñez y la Policía Nacional están en deuda con el Perú al no poder capturar a este prófugo que parece contar con protección de malos políticos y malos policías, y quizá también de algún régimen apestado de la región como el de Cuba o Venezuela. ¿Por eso Cerrón se siente tan seguro? Mientras tanto, los ciudadanos tendremos que seguir soportando que un evadido que se la pega de “revolucionario” y “perseguido político”, se ría en la cara de todos.