Cada día que pasan se incrementan las sombras sobre la muerte del empresario Nilo Burga Malca, dueño de la empresa Frigoinca, dedicada a proveer de alimentos no aptos para el consumo humano al programa social Qali Warma, quien el día de Navidad fue encontrado sin vida en un hotel de Magdalena, con signos de heridas de cuchillo en diversas parte del cuerpo.
Versiones hay dos: que se suicidó y que fue asesinado para silenciarlo. Hay muchos hechos extraños como la carta de dejó, pero que habría sido escrita por otra persona, el lugar de las heridas halladas en su cuerpo, su presencia en ese alojamiento y otras situaciones que por el bien del país, el Ministerio Público tiene que aclarar ante los ciudadanos.
La muerte de Burga Malca, cuyas propiedades fueron allanadas y la fiscalía pretendía detener por su implicancia en un escándalo de corrupción que salpica al entorno de la presidenta Dina Boluarte, no es un hecho policial cualquiera que se pueda diluir con el trajín propio de estos días de fiestas. Lo sucedido acá es muy grave y delicado.
En Correo esperamos que en los próximos días este hecho sea aclarado y que si hay responsables, sean quienes sean, respondan ante la justicia sin ningún tipo de encubrimiento. Si no se investiga con profesionalismo y a la brevedad, estaremos dejando abierta la puerta a que si esto ha sido realmente un asesinato, se opte por la bala y el cuchillo para “silenciar” con impunidad.