Lamentablemente y contra todos los pronósticos, el 2020 será para el gobierno un año tan convulso como el que finalizó ayer.

La política peruana no conoce de treguas, de silencios estratégicos o pausas reparadoras: Es una trituradora de egos, una licuadora de afanes. Por eso vaticino que el Congreso volverá a ser una piedra en el zapato para Martín Vizcarra y que tras las elecciones del 26 de enero, la radiografía legislativa cambiará de nombres y contrapesospero no será el aliado sumiso y obsecuente que Palacio espera.

Será un Parlamento obligado a la premura y la improvisación, fragmentado, pero desesperado por deslindarse rápida y tajantemente con la corrupción acechante porque las expectativas del 2021 apremian y son el verdadero objetivo de la mayoría de partidos. ¿Y sobre quién no han caído aún las llamas abrasivas del Equipo Especial? ¿A quién han tenido en la periferia? ¿A quién se ha investigado con inusual desgano y apatía? Pues todos saben su nombre, casi todos conocen que no está libre de pecado y que no podrá tirar la primera piedra. Lo ha dicho con todas sus letras -a Correo- el procurador anticorrupción Amado Enco, quizá por el caso más inocuo pero emblemático que le pueda tocar: El del Hospital Regional de Moquegua. “Será investigado al final de su mandato”, ha dicho Enco de Vizcarra con una valentía poco usual y digna de encomio. Eso por un lado.

Por otro, en mi opinión será antes, el 2020, que el Presidente ya no tendrá para cabalgar el caballito de batalla del corrupto Congreso de montura naranja y al jalar las riendas no encontrará ruta para avanzar. En ese recodo, sentirá otras voces y otros ecos, algunos fantasmales prevenientes de oscuras mazmorras, y el espectro de la vacancia que sufrió Pedro Pablo Kuczynski asomará sobre su desgastada figura. Tendrá al frente, además, a un país paralizado, a dos puntos de la recesión, dominado por la inercia y harto de la mediocridad. No descorche champagna, Presidente, no cante victoria, no encienda fuegos artificiales: Este 2020 no hay mucho que celebrar.