Hay una institución pública que, según la normatividad vigente, debería tener como máxima autoridad a un consejo directivo designado por la presidenta y su ministro a cuyo sector está adscrita. Dicho cuerpo colegiado aprueba las políticas, planes, programas y normas, celebra contratos y convenios, dispone auditorías y evalúa los resultados de la gestión, aprueba balances y memorias. Bueno, esta institución hace tres años, desde octubre de 2021, no cuenta con un consejo directivo. La Ley Orgánica del Poder Ejecutivo da la pauta correcta.

Esta misma institución, según sus normas, debe operar bajo la autoridad del presidente de aquel Consejo Directivo ya referido. Sin embargo, cosa curiosa, dichos funcionarios han venido operando hace tres años con el rimbombante título de “presidente ejecutivo”. Cargo que no existe en la institución. Con ese título, también desde hace tres años, vienen emitiendo toda clase actos administrativos.

La misma institución, según sus normas, tiene como la más alta autoridad administrativa al secretario general, a pesar de lo cual, desde hace tres años, vienen haciendo esta labor unos señores que han adoptado el título de “gerente general”, cargo que no existe en el marco normativo vigente. Tan es así que no existen gerencias de línea sino direcciones. Es un cargo inorgánico que carece del respaldo normativo adecuado.

La institución se llama INGEMMET y forma parte del Sector Energía y Minas. El exministro Rómulo Mucho, ha ocupado el cargo de presidente del Consejo Directivo y por tanto sabe cómo se debe operar de manera formal y el importante rol del Consejo Directivo que no designó. El actual viceministro de Minas, ha sido funcionario de la institución por varios años, hasta que la administración de Pedro Castillo le encargó la Presidencia del Consejo Directivo,  por tanto, él sabe cómo lo hacen. Que diga cómo. Gracias.