El procesamiento de la prueba no se requiere de equipos sofisticados, lo que facilita su traslado a otras zonas del país para hacer el descarte de COVID-19. (EsSalud)
El procesamiento de la prueba no se requiere de equipos sofisticados, lo que facilita su traslado a otras zonas del país para hacer el descarte de COVID-19. (EsSalud)

Los trámites para empezar con la producción de las pruebas moleculares desarrolladas en nuestro país por investigadores y profesionales relacionados a la salud continúan su curso lento. Fue hace más de dos meses en los que se dio a conocer este proyecto, pero aún no puede concretarse.

“Si estuviéramos en un país de primer mundo, esto se estaría produciendo en menos de un mes, pero estando en el Perú, con el Estado que tenemos y la situación limitada, me imagino que no sería menos de dos meses, de dos a tres meses”, lamentó el profesor de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, Edward Málaga a Canal N.

No le falta razón. La burocracia ha detenido la opción de que nuestra país se abastezca de manera interna de pruebas que podrían detectar el COVID-19 en un par de horas, a diferencia de una prueba molecular estándar.

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Hace algunas semanas, Málaga-Trillo comentó a El Comercio que las pruebas moleculares que desarrollaron están hechas para una situación apremiante como lo es la pandemia del coronavirus.

“La prueba molecular estándar (PCR) fue diseñada para tiempos de paz, no para tiempos de pandemia. Menos para un país como el nuestro, con limitado acceso a tecnología de punta”, comentó.

Este dispositivo se encuentra en la segunda fase de validación a fin de que se dé luz verde para la producción y posterior uso, el cual está previsto para fin de año.

“Hoy vamos a tener una reunión con representantes de la Digemid y otros para establecer esta hoja ruta. Sobre eso podremos hacer uso de la prueba con un número grande de muestras”, indicó el profesional de la salud.