El grupo apostólico de origen peruano Sodalicio de Vida Cristiana (SVC), envuelto en los últimos años en una serie de denuncias e investigaciones por abusos en Perú, confirmó este lunes su disolución por orden del papa Francisco, aunque señaló que esa información aún tiene “absolutamente carácter reservado”.

Luego de que la noticia fuera adelantada durante el último fin de semana por una página web que publica información vinculada con El Vaticano, el SVC emitió un comunicado, firmado en la ciudad brasileña de Aparecida, en el que señaló que “la información central sobre el hecho era cierta, pero contenía varias inexactitudes”.

Siendo la Asamblea conocedora de esta noticia periodística, y ante la gravedad de los hechos, el primer acto del día fue exhortar a que los responsables asumieran el despropósito de haber filtrado una información absolutamente de carácter reservado”, sostuvo.

Añadió que dos de sus integrantes, conocidos como ‘sodálites’, reconocieron “haber violado las reservas del caso y, luego de pedir perdón a los presentes, quedaron definitivamente expulsados de la asamblea”.

Postura de la organización religiosa

En ese sentido, el SVC lamentó que “la inconducta de estos dos miembros haya podido aprovecharse por la prensa para generar dudas sobre que fuera” el cardenal Gianfranco Ghirlanda, delegado pontificio del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica (Divcsa), quien filtró la noticia.

El Sodalicio, cuyos miembros están reunidos en Aparecida, agregó que “reconoce como suyas solo las noticias de sus comunicados oficiales” y ratificó su respeto a las decisiones al papa Francisco, “en el cual confiamos y al cual obedecemos”, según señaló.

El pasado 9 de diciembre, el papa recibió a los periodistas peruanos Pedro Salinas y Paola Ugaz, y a la estadounidense Elise Ann Allen, a los que el pontífice transmitió su apoyo luego que los profesionales denunciaran ser víctimas de acoso judicial y personal por su investigación al SVC.

Salinas y Ugaz publicaron en 2015 el libro ‘Mitad monjes, mitad soldados’, en el que revelaron los testimonios de víctimas de abusos físicos, psicológicos y sexuales cometidos presuntamente al interior del Sodalicio, una organización católica fundada en Perú en 1971.

El caso del grupo Sodalicio en Perú

El caso del grupo Sodalicio ha sido investigado por el Vaticano y, en julio de 2023, el papa envió a Perú, como investigadores especiales, al arzobispo de Malta, Charles Scicluna, y al sacerdote español Jordi Bertomeu, ambos expertos en delitos de abusos.

En pasado agosto, la Santa Sede expulsó al fundador del SVC, Luis Fernando Figari, debido a las investigaciones que lo señalan como culpable de abusos, y desde entonces también se expulsó a hasta 15 miembros de la organización por abusos sexuales, algunos contra menores.

Figari, nacido en Lima en 1947, tiene varias acusaciones en su contra por parte de miembros que pertenecían a la misma organización e investigaciones fiscales y periodísticas por abusos físicos, psicológicos y sexuales.

El 2 de abril del año pasado, el papa aceptó la renuncia del arzobispo de Piura, en el norte de Perú, José Antonio Eguren, quien había estado en el centro de una investigación periodística en la que se le acusaba de encubrir los abusos de Figari.

En enero de 2018, el Vaticano anunció la intervención del Sodalicio, un mes después de que la Fiscalía peruana pidiese prisión preventiva para varios miembros y exmiembros de la organización, entre ellos su fundador, Figari.

Ante las denuncias, el Sodalicio aseguró que un grupo de investigación interno determinó que los agresores identificados son Figari, el ya fallecido Germán Doig, así como Virgilio Levaggi y Jeffrey Daniels, retirados de la organización.

Ese informe concluyó que al menos 36 personas, 19 de ellas menores, fueron presuntamente víctimas de abusos sexuales entre 1975 y 2002 por parte de líderes de la organización, aunque la Fiscalía archivó las denuncias por abuso sexual por haber prescrito.


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