El imperial sol que acompañó la fiesta de los negritos de Huancavelica representaba el sentir de centenares de almas, quienes con mucha fe rendían sus votos a "Nuestro Niño Dulce y Niño Fajardito".
Con gallardía en cada paso y alegrando a la población, bailaban a sus pies del santo la negra María Rosa y el Caporal quienes comandaban el paso de más de 60 danzantes.
Desde las 11:30 horas inició la misa en honor al milagroso niño celebrada en la iglesia de Santo Domingo, después continuaron con la procesión por el jirón Virrey Toledo, la Plaza de Armas y parte de la avenida Manchego Muñoz, para después iniciar con el baile y adoración.