Julio Kuroiwa: "Sobrevivientes de terremoto sufrirán por falta de agua"
Julio Kuroiwa: "Sobrevivientes de terremoto sufrirán por falta de agua"

Los terremotos ocurridos en Lima no deben ser simples recuerdos que flotan en la memoria. Deben ser una advertencia. En 1746, un sismo de nueve grados destruyó la capital y desató una ola de 17 metros que arrasó con el Callao. En 1974, volvió la furia de la naturaleza: esta vez con un terremoto de 7.6 grados que remeció la tierra por dos interminables minutos. El silencio sísmico de estos años, según los expertos, ha acumulado una gran cantidad de energía que podría liberarse en cualquier momento. No se trata de entrar en pánico. La consigna es estar preparados. Según Julio Kuroiwa, ingeniero experto en sismología, de ocurrir un terremoto de ocho grados en Lima, los distritos más vulnerables serían el Callao, Villa María del Triunfo, Cercado de Lima, Puente Piedra, Comas, San Juan de Lurigancho, Ate, Lurigancho-Chosica, Villa El Salvador, entre otras zonas señaladas en rojo en el Mapa de Riesgo Sísmico y Tsunami. "Es probable que aquí se ubique la mayor cantidad de víctimas y daños materiales", asegura.

En estos lugares muchas casas fueron levantadas sobre terrenos en pendiente, o sobre tierra blanda o arenosa, que amplifica la intensidad de las ondas sísmicas a niveles trágicos. O fueron construidas con adobe y quincha, de manera informal y sin columnas de refuerzo, asegurando así una destrucción total en caso de una fuerte sacudida. "En Villa María del Triunfo, por ejemplo, se habla de escaleras y muros de contención (como medida preventiva ante desastres). Todo eso se vendría abajo porque son construcción sin ninguna técnica. Más bien pueden convertirse en trampas mortales", alerta Kuroiwa.

NI AGUA Y LUZ. En el Callao, en tanto, el peligro es latente. Al posible derrumbe de las casas precarias en el casco histórico, se suma la amenaza de una inundación severa por tsunami y el colapso del sistema de agua. "Son tuberías viejas instaladas sobre terreno blando, por ecuación esto va a colapsar de todas maneras. El mismo riesgo hay en la Atarjea, donde las columnas que soportan el tanque de agua tratada están dañadas desde el sismo del 74. La planta es vulnerable ante terremotos porque hay un espejo de agua cruda de medio millón de metros cúbicos. Eso se filtra y el suelo se deforma, provocando que las ondas sísmicas se amplifiquen", detalla.

"Me temo que en caso de un terremoto en Lima nos quedaremos sin agua y sin energía, lo cual provocaría sufrimientos extremos en los sobrevivientes. Urge que se renueve el sistema de tuberías de agua y alcantarillado", insta Kuroiwa, investigador con más de 40 años de experiencia en desastres a nivel mundial.

HOSPITALES. ¿Y qué ocurriría con los hospitales de la capital? "La mayoría está construido con normas sismorresistentes de hace 30 años, consideradas actualmente obsoletas", lamenta el ingeniero. ¿El resultado? Gran parte de los establecimientos de salud se vendrían abajo y resultaría imposible atender a los miles de heridos que dejaría la tragedia.

A lo largo del año, 152 sismos han sido percibidos en Perú, la mayoría ocurridos frente a las costas. La naturaleza viene dando señales y ya se conocen las consecuencias fatales de su furia. Lo peor sería no actuar ahora que todavía podemos.