Más allá del Titicaca

La oferta turística de Puno es variada y en la actualidad se han ido sumando una serie de servicios que rompen con la noción tradicional de un viaje y permiten practicar actividades que muchos no saben que se pueden realizar en esta ciudad.

A una hora y cincuenta minutos de la ciudad de Puno, navegando por el lago Titicaca, se encuentra la comunidad de Luquina Chico. Allí sus pobladores mantienen sus costumbres, pero tratan de adecuarse a los tiempos actuales.

Red turística. A la agricultura y la pesca han sumado una nueva actividad: la comunidad de Luquina Chico es pionera en el llamado turismo rural.

Sus pobladores han fundado una red turística rural que se dedica a recibir viajeros que quieran olvidarse del ajetreo diario y dedicarse a realizar labores de campo.

Pero sin duda lo mejor para hacer en Luquina Chico es acompañar a los pobladores en sus faenas de pesca en el Titicaca, donde usan veleros artesanales. Navegar en ellos es una experiencia realmente gratificante.

La pionera. La señora Brígida Ascencio Cruz tiene cinco años manteniendo el albergue Flor de Tumbo, donde ella es una de las pioneras de este servicio. "Empezamos siendo seis familias las que adecuaron una parte de sus casas para recibir turistas y ahora somos 36 los que estamos aptos para recibir turistas", narra Brígida.

Otro lugar para hacer turismo rural en el Titicaca es la isla de Tikonata. Allí los visitantes pueden relajarse y a la vez descubrir el pasado arqueológico de las islas del lago.

Vamos a Tikonata. En Tikonata hay varias cuevas situadas a la orilla del lago, donde se encontraron momias de las culturas Tiahuanaco y Colla. Los habitantes de esta isla han construido un museo donde los turistas pueden aprender sobre las culturas que poblaron el lago.

Pero si lo tuyo es la aventura, en la península de Capachico existe un lugar donde un grupo de osados personajes fundaron Edgar Adventures y se dedican a brindar recorridos en kayak por el lago.

Puno tiene muchos secretos que mostrarnos, solo hay que aventurarse y vivirlos al máximo.