Padres obligan a mendigar a sus hijos en Gamarra
Padres obligan a mendigar a sus hijos en Gamarra

Obligados por sus padres, numerosos menores se dedican a pintar y hacer dibujos con tiza en las pistas ubicadas frente a varias galerías limeñas, con el fin de recibir propinas de los transeúntes.

En un recorrido por el damero comercial de Gamarra, en La Victoria, Correo comprobó que muchos niños de entre cuatro y diez años tienen largas faenas de "pintura callejera", en vez de asistir al colegio.

Al preguntarles sobre estos dibujos, los menores, algo atemorizados por posibles represalias, revelaron que sus padres los fuerzan a realizar estos trabajos para aportar a los ingresos de la casa.

"Es una manera de que mi hijo aprenda a trabajar y aprecie el valor del dinero. Mi esposo le enseñó a pintar así. Además, somos una familia humilde. Tenemos que comer", dijo la vendedora ambulante Julia Yesquén, quien observaba a su hijo de cinco años pintando en la pista, por donde pasaban apuradamente cientos de compradores.

Juan D.F, de solo cinco años, es uno de los más experimentados pintores callejeros de Gamarra. A su corta edad, trabaja pintando, de dos a cinco y media de la tarde, mientras que su pequeña hermana de siete años se dedica a pasar un vasito entre los transeúntes para que depositen una propina.

"Mi tío me enseñó a pintar. Sé dibujar cualquier animal. A veces me canso, pero tengo que llenar el vasito con monedas, al menos, dos veces para estar tranquilo", contó el menor.

Agregó que su madre, que vende chompas en la galería Guizado, lo obliga a realizar estas faenas para pagar su comida.

Alerta. La sicóloga social Mariana Valencia advirtió que los menores que trabajan sufren cansancio mental y físico, lo que no les permite desarrollarse bien en la escuela, y tienen problemas de autoestima.

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