A un año de cumplirse el mayor desastre ecológico sobre el mar peruano a consecuencia del derrame de más de 11 mil barriles de petróleo de Repsol, que afectó la salud y economía de más de 700 mil habitantes y la biodiversidad, la transnacional española a la fecha no efectúo el pago de la totalidad de sanciones o multas impuestas, afirmaron pescadores afectados en una conferencia de prensa.
Para Alejandro Chirinos, experto en temas marino-costeros y director de la organización CooperAcción, por la presunta negligencia de Repsol se ha “perdido la tercera y cuarta generación de pescadores artesanales de la zona afectada. Esto provocaría que la pesca artesanal colapse”, advirtió.
En opinión de José de Echave, especialista de CooperAcción, lo sucedido con el derrame de petróleo de Repsol evidencia que el país no cuenta con la institucionalidad adecuada para sancionar e incluso prevenir un desastre similar.
“Al revisar el contrato que el Estado firmó con Repsol encontramos varias pistas y análisis de lo que no debe hacerse. El país debería sacar lecciones de cómo se protegen los derechos e intereses del Perú”, enfatizó de Echave. También consideró que dichos contratos favorecen a las empresas privadas y no protegen a los peruanos, esto se sustenta en un informe legal elaborado por CooperAcción, “en el que se ha encontrado que el contrato no incluye cláusulas ambientales, ni cláusulas sociales ni culturales”.
Los pescadores artesanales alertaron que Repsol intentaría debilitar o traerse abajo la demanda interpuesta por los trabajadores al tratar de convencerlos uno a uno con promesas de compensación económica. Ante la estrategia de la transnacional los hombres del mar de los cinco distritos afectados (Santa Rosa, Ancón, Aucallama, Chancay y Ventanilla) unieron esfuerzos.
Sin trabajo y sin solución
Hasta antes del derrame de petróleo, los pescadores artesanales de la zona salían al mar peruano para realizar sus actividades de subsistencia que eran su principal fuente de ingreso familiar. Sin embargo, luego de la contaminación del mar que acabó con la biodiversidad de la zona no han podido retomar sus labores.
Miguel Ángel Núñez, presidente de la Asociación de pescadores artesanales del distrito de Ventanilla, afirmó que a la fecha no ha retomado sus labores en el mar debido a que sigue contaminado. “Hay restos de petróleo en el mar y Repsol miente al decir que ya retiraron todo el crudo”, dijo.
Abel Rojas, representante de la Asociación de pescadores artesanales del distrito de Aucallama, indicó que han sido desplazados de sus actividades y para poder pescar deben de irse mar adentro que no es muy rentable para ellos.
“Estamos en una situación caótica, económicamente golpeados y con nuestra salud en riesgo. Como no podemos pescar ahora tenemos que reinventarnos, muchos de nuestros compañeros se han dedicado al comercio ambulatorio porque cuando vamos a buscar trabajo alguna empresa nos cierran las puertas debido a nuestra edad”, señaló Rojas.
Por su parte, la abogada de Earthrights internacional, Katherine Páucar, precisó que Repsol afronta 13 procesos administrativos sancionadores: siete iniciados por el OEFA, cinco por el Osinergmin y uno por el Serfor.
De los siete procesos en OEFA por la contaminación con hidrocarburos, cuatro corresponden al incumplimiento de medidas administrativas. A estos se suman uno por incluir información falsa en el reporte de emergencia, otro por no remitir información solicitada por el organismo, y uno más por no adoptar las acciones de primera respuesta establecidas en la normativa ambiental y en el plan de contingencia.
“Desde un inicio la empresa no ha sido honesta. Cuando se descubrió el derrame Repsol señaló que había un área afectada de aproximadamente 2.5 metros cuadrados. En el reporte final, que se presentó días después, indicó que era más de 10 mil hectáreas. También informó inicialmente que solo se vertió siete galones, luego 6 mil barriles hasta que finalmente reconoció que fueron casi 12 mil”, enfatizó la abogada.