Prohíben las construcciones de adobe en Pisco
Prohíben las construcciones de adobe en Pisco

Una década después del terremoto, el alcalde provincial de Pisco, Tomás Andía Crisóstomo, ha señalado “que la reconstrucción no ha avanzado, para otros ya está casi culminada, otras autoridades se han llenado de dinero, dejando en la orfandad a cientos de vecinos que aún viven en pésimas condiciones”.

Dice que el movimiento telúrico ha dejado lecciones y generado conciencia entre los pobladores, y que se ha “dispuesto no más construcciones con adobe, bajo sanción económica”.

La medida ha generado que decenas de casas coloniales en Pisco Playa, que en su mayoría son de quincha y adobe, no puedan ser reconstruidas, al ser declarados monumentos arquitectónicos y deben ser reconstruidos con el mismo tipo de material.

El Ministerio de Cultura no acepta cambios y la reconstrucción con el mismo material es demasiado costoso, por ello existen casas abandonadas, como el ex Palacio Municipal que tendría un costo aproximado de 13 millones de dólares al ser reconstruido.

“Con la mitad de ese dinero se puede construir uno mejor y más moderno, pero, por ser una joya arquitectónica, no puede ser demolido y menos ser reemplazado”, declaró Andía.

Sucedido el terremoto del 15 de agosto de 2007, el entonces presidente de la República, Alan García, dispuso la construcción de muros en el litoral pisqueño para proteger a la población ante un posible tsunami.

La construcción está literalmente deteriorada y la mayoría de los pisqueños los llaman ‘los muros de la vergüenza’.

PREOCUPACIÓN. Lo que preocupa a la autoridad municipal es la cantidad de edificaciones en precarias condiciones que cualquier movimiento sísmico existe el riesgo de desplomarse.

“Esos terrenos por ser de antiguos ciudadanos actualmente se encuentran en litigio entre herederos y no se ponen de acuerdo. Son terrenos abandonados y están en el centro de la ciudad en su mayoría, son un problema para la municipalidad por el peligro que representan”, declaró Andía y adelantó que notificarán a los propietarios de lo contrario tomarán otras medidas.

El malecón Miranda es una plazuela con arquitectura colonial de Pisco Playa que, ha pedido del Ministerio de Cultura, fue reconstruida con materiales similares a como fue construida en 1940. Los trabajos se iniciaron el 2015.

“Su reconstrucción costó mucho. Se ha culminado, pero por pequeños detalles no se puede recepcionar la obra, menos ser inaugurada; lo que perjudica a la municipalidad para su mantenimiento. El detalle es que un busto no está como era antes, hoy mira a un costado y por ese detalle está entrampado todo. Se quiso ampliar para albergar más familias, tampoco se aceptó. No se sabe hasta cuándo durará la espera”, dijo.

Tomás Andía aseguró que “si le hubieran dejado reconstruir el estadio municipal, ya habría avanzado, pero que el proyecto está en manos del Gobierno Regional de Ica y no puede hacer nada. Tampoco Fernando Cillóniz quiere ceder el proyecto a la municipalidad por celos políticos”.

“Prometió en campaña y dijo que cumpliría su promesa. Está a punto de culminar su gestión y no existen avances. En el poco tiempo que le falta tampoco lo hará, por lo que el municipio tendrá que gestionar un nuevo proyecto si se quiere ejecutar”, remarcó.

El alcalde denunció que el Estado Peruano en convenio con el Ejército Peruano ejecutó el proyecto del borde costero en la playa, con una inversión de 4 millones de soles, para crear áreas de esparcimiento para los niños y visitantes.

Se inició durante la gestión de Alejandro Toledo y se culminó con Ollanta Humala. Ya pasaron cuatro años desde que se inauguró, a pesar de tener observaciones técnicas, y una parte ya fue arrastrada por el mar.

“Las áreas recreativas, por falta de mantenimiento, se vienen deteriorando. La municipalidad no puede hacer nada para evitar su destrucción, pues la obra está en litigio y seguro desaparecerá antes que culmine el juicio. Así como esta obra, hay muchas inconclusas y abandonadas por falta de presupuesto como el parque del colegio José de San Martín”, reiteró Andía.

ÉXODO. Después del terremoto, cientos de familias que quedaron en la calle tomaron en posesión los terrenos de Alto el Molino, donde instalaron sus carpas de esteras, cartones y plástico y luego se convirtieron en miles de habitantes.

Los inquilinos de las casonas, hijos de familias, hoy cerca de 3 mil familias, viven con los servicios básicos y en un área urbana bien planificada. Después de 10 años del desastres, siguen apareciendo más damnificados.

“Parejas de 18 a 25 años que tienen familia quieren que se les dé terrenos para que construyan sus viviendas. Ellos el 2007 tenían entre 8 a 12 años, eran hijos de familia. Hoy a 10 años del terremoto ya son padres de familia y quieren ser considerados como damnificados y, de seguir así, nunca se terminará de ayudar”, comentó.

Tomás Andía dice que Pisco como ciudad crecerá en el futuro y debe trabajar en la seguridad ciudadana y el aspecto social. “Los vecinos tienen que ser conscientes de no aprovecharse de las tragedias para beneficiarse pidiendo apoyo en dos o tres distritos, bonos o viviendas a nombre de hijos como se ha descubierto en decenas de casos”, denunció.

La Municipalidad Provincial de Ica, para reforzar la seguridad, ha contratado más agentes de serenazgo y ocho camionetas pese al drástico recorte presupuestal. “El exalcalde solo dejó 6 serenos, 2 camionetas en mal estado, casetas abandonadas”, recordó.