El presidente del Consejo de Ministros, Aníbal Torres, participó en el acto de restitución de los restos de 79 víctimas de la masacre de Accomarca, en Ayacucho, ocurrida el 14 de agosto de 1985 cometida por agentes del Ejército. Hoy, viernes 20 de mayo, serán sepultados después de 37 años.
Durante el acto de restitución de restos que se realiza en la plaza central del distrito de Accomarca, el primero ministro indicó que la ceremonia es el resultado de acciones conjuntas entre distintas instituciones para reparar a los familiares de las víctimas, las que recibirán un entierro digno.
“Estamos esta mañana honrando la memoria de las mujeres, hombres niños y niñas que murieron un 14 de agosto de 1985 cuando la violencia y el horror enlutaron a más de 60 familias, quienes encuentran en la medida de los posible un poco más con la restitución de los restos de sus seres queridos que se lleva a cabo en esta importantísima ceremonia”, señaló.
“[…] Fueron unos cuantos militares, no fueron todos. No todos son de esa calaña. Nunca más deben ocurrir hechos como los que se produjeron en Accomarca donde las ejecuciones extrajudiciales y las desapariciones forzadas fueron un mello para combatir el terror en nuestra patria. Nunca más el Estado debe enlutar a nuestras familias, olvidando que su fin última es la defensa de la persona y de su dignidad. Saludo la larga lucha de las familias, de las víctimas de Accomarca. Su búsqueda, verdad y justicia y brindarle una sepultura digna a nuestros seres queridos”, acotó Torres.
El jefe del Gabinete Ministerial estuvo acompañado del ministro de Justicia y Derechos Humanos (MINJUSD), Félix Chero, quien también expresó algunas palabras durante la ceremonia. “Después de 37 años de incansable búsqueda, sacrificio y esfuerzo hoy se ha realidad el descanso eterno de sus familiares. Creo que se merece un justo reconocimiento que ha hecho esfuerzos denodados para que este acto se realice”, sostuvo.
Los restos de decenas de víctimas de la matanza en Accomarca serán sepultados este viernes en un pequeño cementerio de una remota aldea de Perú 37 años después de una emblemática masacre de la guerra interna (1980-2000). La matanza fue perpetrada por una patrulla del Ejército el 14 de agosto de 1985, entre ellos una veintena de niños.
Decenas de pequeños ataúdes blancos con los restos de las víctimas, con crucifijos plateados en la cubierta, han sido velados durante dos días en la iglesia del pueblo por sus parientes.
“Yo perdí a mi madre y a mis cinco hermanos”, dijo con lágrimas a la AFP Teófila Ochoa, quien tenía 11 años y se salvó corriendo al campo el fatídico día.
Los soldados que comandaba el subteniente Telmo Hurtado mataron y quemaron a casi todos los habitantes de Accomarca, alegando que eran integrantes de la guerrilla maoísta Sendero Luminoso.
Hurtado, “el carnicero de los Andes”, cumple una sentencia de 23 años de prisión por la masacre tras ser extraditado desde Estados Unidos. De los 10 militares condenados por la matanza, cinco están prófugos.
“A todos los llevaron en filas, los metieron en tres casas con balacera, bombas y después empezó a arder en llamas. Todos gritaban, fue un terrible momento”, relató Ochoa, de 49 años, quien porta una foto en blanco y negro de su madre.
Misa y ceremonia
Estas exequias que tienen lugar con 37 años de retraso han alterado la apacible vida en Accomarca, situada a casi 3.400 metros sobre el nivel del mar y rodeada de cerros con pinos y eucaliptos, que amaneció soleada este viernes. La temperatura era de dos grados Celsius, pero al mediodía puede subir a 20.
Sus 500 habitantes viven del cultivo de cebada, papa, quinua y trigo, y la mayoría solo habla quechua, como sus ancestros.
Una misa será oficiada en la mañana en la iglesia donde las víctimas fueron veladas el miércoles y jueves.
Después, los pequeños ataúdes serán llevados a la plaza, al frente del templo, donde se levantó un escenario con fondo blanco con imágenes de las exhumaciones de las víctimas en una fosa común.
Luego los ataúdes serán conducidos al pequeño cementerio del cerro San Cristóbal, desde cuya cima se divisa un fértil valle.
Decenas de sepulturas de cemento fueron construidas especialmente para acoger los pequeños ataúdes.
La plaza era vigilada desde el amanecer por agentes uniformados y de civil.
Sobre entrega de restos
La fiscalía entregó los ataúdes con los restos identificados con muestras de ADN a sus respectivos familiares en el local municipal durante los dos últimos días.
Los familiares han recibido durante el tiempo transcurrido el apoyo del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para la búsqueda de sus seres queridos, así como el entierro.
“Se ha logrado identificar a 37 personas en las pericias”, dijo a la AFP el antropólogo forense Lucio Condori, de la fiscalía. Además, se individualizaron prendas de vestir sin restos humanos pertenecientes a cinco personas.
En enero la fiscalía había informado que “identificó a 42 víctimas entre más de los 69 pobladores ejecutados” en Accomarca, cuyos restos óseos y vestimentas fueron hallados en una fosa común en 2007.
Sin embargo, 80 ataúdes serán sepultados este viernes en el cementerio, porque hay también víctimas de otras matanzas, explicó la fiscalía.
“Seguirán esperando”
“Muchos hijos podrán dar cristiana sepultura a sus padres, pero hay hijos que seguirán esperando, porque hay partes [osamentas] que aún no han sido identificadas”, indicó a la AFP el alcalde de Accomarca, Fernando Ochoa. El jefe municipal, de 37 años, perdió a su abuela en la masacre.
Durante las dos décadas de guerra interna en Perú, los campesinos pobres de los Andes fueron carne de cañón tanto para las guerrillas como para el Ejército.
Según el informe divulgado en 2003 por la Comisión de la Verdad y Reconciliación, existían en Perú unas 4.000 fosas comunes con víctimas del conflicto.
El enfrentamiento dejó unos 70.000 muertos y 21.000 personas desaparecidas, el 40% de ellas en Ayacucho, según cifras oficiales.
Región famosa por su artesanía y sus iglesias, en Ayacucho se libró en 1824 la última batalla de la independencia hispanoamericana, y fue lugar de nacimiento y reducto principal de Sendero Luminoso.
(Con información de AFP)