Un triste récord pende sobre este Gobierno y su constante enfrentamiento con la prensa. Noventa días se cumplen hoy desde que el presidente Pedro Castillo declaró de forma pública a los medios de comunicación luego de participar en una actividad oficial en Lima. El hecho ocurrió el pasado 21 de febrero, en Lurín, día en que el mandatario dijo que la prensa “es un chiste” tras ser consultado sobre la diferencia entre la declaración que brindó a la Fiscalía y lo indicado en una entrevista acerca de si conocía a Karelim López.
El incidente ocurrió en medio de los cuestionamientos a su gestión y frente a la renuncia de altos funcionarios que denunciaban un copamiento de personas cuestionadas o de Perú Libre en las entidades públicas.
Desde entonces, el mandatario ha evitado responder directamente a la prensa. Es más, los periodistas son alejados y virtualmente impedidos de acercarse al presidente durante sus actividades. Una actitud más parecida a la de una dictadura que a la de una democracia.
DETALLE. Durante la actividad en Lurín, el mandatario, con fastidio, criticó que la prensa no se centre “en temas importantes”, luego de que supervisara el funcionamiento de tabletas digitales para el reinicio de clases escolares 2022.
“Cuando voy a mostrar una actividad, ustedes parecen con otra cosa, pero céntrense en las cosas del país. (...) Eso es lo que les interesa a ustedes, pero yo no me voy a comprar ese pleito”, dijo entonces a los medios que cubrían el hecho.
Al día siguiente, el jefe de Estado participó en un evento en un comedor popular en el distrito de Ventanilla, Callao, al que solo se permitió el ingreso a un periodista del canal del Estado, TV Perú.
A través de dicho espacio, el mandatario ofreció “las disculpas correspondientes si se ha herido cualquier susceptibilidad” en el gremio periodístico.
Solo horas antes, un cerco de seguridad había impedido que reporteros de diferentes medios de comunicación se acercaran al jefe de Estado durante una actividad en Huarochirí.
En enero último, Pedro Castillo, como parte de su compromiso de abrir el diálogo con la prensa, brindó tres entrevistas personales a dos medios nacionales y uno extranjero, pero sigue sin dar una rueda de prensa.
La entrevista a Fernando del Rincón, para la cadena internacional CNN en Español, le trajo para el presidente un espiral de dificultades y hasta una denuncia constitucional ante el Congreso por el presunto delito de traición a la patria. Fue la más incisiva y la única que repercutió a nivel nacional e internacional.
PANORAMA. Desde lo ocurrido a fines de febrero, el jefe de Estado ha evitado responder públicamente a las interrogantes de la prensa, resuelta a preguntar sobre los señalamientos y el inicio de investigaciones por parte de la Fiscalía y el Parlamento a personajes de su entorno vinculados a presuntos actos de corrupción.
El 27 de febrero, por ejemplo, se conoció el proceso que iniciaba Karelim López para acogerse a la colaboración eficaz. Ella señaló que Castillo lideraba una red de corrupción vinculado a la licitación de obras que operaba en el MTC.
El 28 de abril, Vladimir Cerrón reconoció que recomendó a Hernán Condori para el Ministerio de Salud y a Carlos Palacios para Energía y Minas, pese a que Castillo dijo que al exgobernador no se le vería ni como portero.
El 11 de mayo, el empresario Zamir Villaverde dio cuenta de un presunto fraude electoral. Ante la Comisión de Fiscalización, sostuvo que el propio Castillo estuvo involucrado en el tema.
Estos son solo algunos hechos sobre los que Castillo pudo responder a los medios, claro está, si lo permitiera. En el marco de su visita al Perú, esta semana, el relator especial para la libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Pedro Vaca, manifestó que todas las autoridades con las que se entrevistó, entre ellas el presidente de la República, dijeron estar a favor de que exista la libertad de prensa, pero expresaron reparos sobre la forma en que se ejerce este derecho.
Vaca recalcó que es necesario que los políticos acepten la crítica de la prensa, porque forma parte del proceso democrático.
“Es una persona que me escuchó, que en los planteamientos declaró ante mí, que tiene un compromiso con la libertad de expresión”, dijo Vaca el viernes en diálogo con canal N.
“Algo que pasó con el presidente y con todos los que me entrevisté es que luego de decir su declaración a favor de la libertad de expresión, tenían sus reparos sobre cómo las demás personas la ejercían, particularmente los periodistas”, acotó.
El relator sostuvo que “no se le puede tener miedo a la crítica”, pues “las barreras son muros de falsa protección”.
La presencia de Vaca Villarreal en el Perú ocurre luego de que instituciones como la Defensoría del Pueblo y gremios de prensa denunciaran un trato hostil por parte de autoridades de los diferentes poderes del Estado.
EXPRESIDENTES. ¿Es muy evidente el contraste de ese trato con la prensa con otros expresidentes? Fernando Belaunde y Alan García destacan, sin atenuantes, entre los estadistas peruanos con mayores habilidades de comunicación política, uno de los déficits más ostensibles de Castillo.
Belaunde, al ser reelecto en 1980, restableció la libertad de prensa en el Perú al devolver a sus propietarios los medios expropiados por la dictadura militar. Lo hizo el mismo día de su juramentación como mandatario. Su talante democrático, su palabra elegante y maneras caballerosas convertían sus conferencias de prensa y entrevistas en piezas de alta calidad política y académica.
No puede decirse menos de Alan García. No temía ni detestaba a los periodistas, y afrontaba con astucia y elegancia los cuestionamientos más agresivos e incómodos.
En contraste, Ollanta Humala detestaba a la prensa nacional y su labor de fiscalización pero, pese a ello, nunca prescindió de ella. Con semblante adusto exigía “otra pregunta” cuando la que le hacían era difícil o peliaguda. Era pobre su experiencia en comunicación política.
Durante la década de Alberto Fujimori, se hizo todo lo necesario para controlarla y amordazar a la prensa. Aún así, los contactos eran constantes. Se ofrecía respuestas y explicaciones sobre los temas cruciales.
En general, se puede afirmar que los expresidente Pedro Pablo Kuczynski, Martín Vizcarra y Francisco Sagasti respetaron la libertad de prensa y respondieron de forma directa y plural al periodismo.