Chile llega a su aniversario patrio en medio del drama
Chile llega a su aniversario patrio en medio del drama

El terremoto de 8.4 grados que se registró en el centro y norte de  la noche del último miércoles es el más potente del 2015 ocurrido en el mundo.

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Los chilenos conmemoran hoy su aniversario de la independencia, pero tendrán unas festividades tristes luego de conocerse el último balance de víctimas por el movimiento de la tierra, que se elevó a once.

Pasaron cinco años para que nuevamente la furia de la naturaleza se ensañara con el país sureño, en aquella ocasión, en 2010, más de 500 personas fallecieron y 500 mil viviendas quedaron afectadas.

Esta vez, el mar mostró su bravura en el borde costero del puerto de Coquimbo. Barcos, botes de pesca, camiones, autos y los desechos de decenas de casas y puestos callejeros fueron arrastrados por las olas. Un escenario desolador para los cientos de familias que perdieron sus puestos de trabajo y las viviendas que fueron edificadas cerca del litoral.

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“Cuando empezó el temblor pudimos salir. Si nos hubiéramos quedado aquí, hubiéramos perecido”, dijo a la agencia AFP María Zamorano, de 60 años, quien tenía su vivienda y su puesto laboral a escasa distancia del océano en este puerto ubicado 400 km al norte de Santiago.

CIFRAS. Según el último reporte de la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi), el sismo dejó 610 damnificados y 526 viviendas dañadas, en su mayoría en la región de Coquimbo, que fue declarada bajo estado de excepción constitucional de emergencia, lo que la dejó a resguardo de las Fuerzas Armadas, según anunció el ministro del Interior y Seguridad, Jorge Burgos, tras una visita de la presidenta Michelle Bachelet a la zona.

La alerta de tsunami motivó la evacuación hacia sectores altos de un millón de personas, sin mayores complicaciones en todo el territorio nacional.

Las clases fueron suspendidas en las poblaciones costeras de la región centro-norte, mientras decenas de réplicas, algunas de ellas de gran intensidad, continuaban registrándose ayer y mantenían en alerta a la población.

Los “estándares de construcción” que tiene este país, uno de los más sísmicos del mundo, han “permitido que la infraestructura respondiera adecuadamente”, resaltó la presidenta .

En Illapel, una pequeña localidad 230 km al norte de Santiago, algunas casas construidas de materiales livianos terminaron en el suelo, la destrucción de estanterías en comercios y el caos del cementerio local con decenas de cruces, jarrones y tumbas hechas añicos era el panorama.

Las personas murieron por deslizamientos de rocas, derrumbes de los techos de las viviendas; los ancianos por paro cardiaco y una por accidente en la vía.

PERÚ. No obstante, si un evento similar ocurriera en nuestro país, ¿cuáles serían las consecuencias?  le hizo esta consulta a Hernando Tavera, director de la Unidad de Sismología del . “En nuestro país han ocurrido sismos de magnitudes similares, pero se debe comprender que el daño en una ciudad no va a depender del tamaño del evento, sino de la respuesta del suelo y de las estructuras al sacudimiento producido. Si las estructuras y el suelo no son buenos, el daño estará presente”.

Tavera refiere que un sismo de magnitud 8 con epicentro a 100 km de distancia de la ciudad puede sacudir el suelo igual que un sismo de magnitud 6 y que esté a solo 10 km.“La zona o región más vulnerable será todo la costa peruana, será afectada por movimientos de gran magnitud con mayor frecuencia; también las ciudades que están en el interior del continente y cerca de fallas geológicas”.

Al ser consultado por las edificaciones en Lima, señaló que los distritos han crecido de forma desordenada y sin control en las construcciones. “Viviendas de varios pisos que no cuentan ni con columnas, como hay en San Juan de Lurigancho”. En esa línea dijo que las modernas edificaciones debieron ser construidas siguiendo las normas de construcción. “Debemos esperar el sismo para evaluar su real comportamiento. No habría otra manera de hacerlo”.

El especialista no quiso dar una cifra de viviendas que podrían colapsar ante un terremoto y recordó el ocurrido en 1746. “Para dicho año, el 10% de la población fue afectada. Podemos considerar dicha proporción y el escenario ya es critico”, concluyó.

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