Elizabeth Astete fue canciller del gobierno de Francisco Sagasti hasta el 14 de febrero, cuando renunció tras reconocer su vacunación contra el coronavirus. (Foto:Reuters)
Elizabeth Astete fue canciller del gobierno de Francisco Sagasti hasta el 14 de febrero, cuando renunció tras reconocer su vacunación contra el coronavirus. (Foto:Reuters)

Escrito por Erik Rivera y Karina Valencia

La presentación de declaraciones y más pruebas en torno al caso “Vacunagate” continúa comprometiendo al presidente Francisco Sagasti en la supuesta autorización para que su exministra Elizabeth Astete se vacunara contra el nuevo coronavirus a espaldas de los peruanos.

Ayer, la excanciller ratificó en el seno de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales que el 21 de enero obtuvo la anuencia del jefe de Estado para acceder a las vacunas de Sinopharm. Reiteró que el permiso lo pidió en una reunión donde también asistió la exministra Pilar Mazzetti (Salud).

“Aunque acudí a vacunarme con el convencimiento de que se trataba de un procedimiento regular (...) y con la anuencia del presidente, soy consciente del error que cometí”, dijo a la  subcomisión como parte de su defensa.

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Astete, al igual que Mazzetti, acudió al grupo de trabajo para hacer sus descargos frente a la denuncia constitucional por, presuntamente, haberse valido de su cargo para acceder a los fármacos.

En la sesión, la excanciller indicó que en ningún momento Sagasti Hochhausler desaprobó el pedido y que por eso solicitó la coordinación con la Universidad Peruana Cayetano Heredia para la fecha de la inmunización. Asimismo, sostuvo que Mazzetti había escuchado parte de la petición inicial.

Sin embargo, a su turno, la exministra de Salud señaló que “no tengo ningún recuerdo donde el presidente haya asentido cosa semejante”.

“El día en que nos hemos reunido en Palacio y, posteriormente, la conversación que dice la doctora Elizabeth (Astete), me temo que de eso no tengo recuerdo”, apuntó.

De otro lado, la excanciller reveló que después de su inoculación, el 11 de febrero fue convocada por la premier Violeta Bermúdez a una reunión donde de entrada le preguntó si “avisó a Sagasti” sobre su vacunación. La excanciller respondió que sí avisó, incluso, antes de ser vacunada.

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Astete narró que luego de ser escuchada, Bermúdez le sugirió no comprometer a Sagasti en el polémico caso del “Vacunagate”. Justamente, un día antes, el 10 de febrero, un reportaje periodístico reveló que el expresidente Martín Vizcarra se había vacunado secretamente en Palacio.

“La primera ministra me sugirió no involucrar al presidente. Le contesté que no era mi intención hacerle daño ni al presidente de la República ni al Gobierno actual”, refirió.

pruebas. Adicionalmente, la exministra de RR.EE. envió por la tarde un documento a la Subcomisión adjuntando mails, mensajes de Whatsapp y otros elementos, con el propósito de probar que Sagasti sí tenía conocimiento de su vacunación.

Entre las páginas del documento se muestra la conversación entre el embajador Javier Sánchez Checa y Germán Málaga, exinvestigador de la UPCH, el 21 de enero. El diplomático inicia la conversación con lo siguiente:

“Lo molesto para pedirle su amable gestión para que la embajadora Astete pudiese colocarse la vacuna. Ella ya conversó con el Presidente, quien ha coincidido en la conveniencia de ello. ¿Cree que pueda ser vacunada?”.

Al leer el mensaje, Málaga responde que está “dispuesto a apoyar en lo que decidan”.

En los minutos siguientes, ambos acuerdan que la inoculación sea entre las 2 y 3 de la tarde del 22 de enero.

Entre tanto, Juan Peña, abogado de Astete, refirió en la subcomisión que su defendida había tomado la decisión de vacunarse “con la aceptación o no del presidente”, debido al riesgo que iba a tener al ir a la ciudad de Tumbes como parte de las labores asignadas por el Gobierno.

“Ella acude a la UPCH a plena luz del día, con su jefe de gabinete, su personal de seguridad. Es recibida por personal de la universidad, ingresa a la luz del día, sin hacerlo de manera oculta”, indicó.

De otro lado, Mazzetti sostuvo que la decisión de vacunarse contra el COVID-19 la tomó principalmente después de conocer que el infectólogo Ciro Maguiña había hospitalizado por el virus.

“Fue una decisión propia, motivada por la situación tan compleja que estamos viendo en este momento con una cantidad importante de funcionarios enfermando cada vez más y solo quedábamos unos cuantos en pie en el despacho ministerial”, agregó.

Mazzetti refirió que al momento de inmunizarse, no consideró irregular su vacunación, pero sí reconoció que fue un error político el solo hecho de no haber preguntado más.

En tanto, precisó que antes de inmunizarse, le preguntó a sus dos viceministros Luis Suárez y Víctor Bocángel si se inocularon y ellos respondieron que sí. “Todavía había vacunas disponibles para este grupo que era de investigadores y personal relacionado (y me vacuné)”, reveló.

Cabe recordar que ambas funcionarias, Astete y Mazzetti, y el expresidente Martín Vizcarra fueron denunciados constitucionalmente por, presuntamente, haber utilizado su cargo público para vacunarse en secreto contra el coronavirus.

En ese sentido, el presidente de la Subcomisión de Acusaciones, Carlos Pérez, precisó  que su grupo de trabajo aún está a la espera de que la Fiscalía entregue información sobre el “Vacunagate” al congresista Jim Mamani, delegado que debe elaborar el informe final.

Explicó que una vez que el legislador tenga todos los datos, se le otorgará un plazo de cinco días hábiles para  culminar y sustentar el informe final que, de ser aprobado, pasará a manos de la Comisión Permanente.

“En la Permanente se convocará a otra audiencia donde los implicados tienen que asistir nuevamente para hacer sus descargos. De tener una votación favorable, pasará al pleno”, señaló.

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