El último jueves la cancillería peruana anunció que el presidente chino Xi Jinping, tras su arribo a Perú el 14 de noviembre, no viajará a la ciudad de Chancay para inaugurar el mega puerto: lo hará de forma virtual desde Palacio de Gobierno.
El canciller Elmer Schialer explicó así el motivo: “no van a estar en Chancay por razones de seguridad del propio presidente chino”.
La estadounidense agencia Associated Press (AP) informó que preguntó a la cancillería peruana a qué tipo de razones de seguridad se refería, y también pidió comentarios a la embajada de China en Perú, sin obtener aún respuesta de ninguna de las entidades consultadas.
ANÁLISIS.
Más allá de las buenas intenciones del presidente chino Xi Jinping, su decisión de no ir a Chancay es “extraña” y también un pésimo mensaje al exterior de la imagen de Perú, en opinión del excanciller Miguel Rodríguez-Mackay.
“No ir viniendo de tan lejos a un lugar tan solo a 40 minutos de Lima, me parece muy extraño”, declaró a Correo.
“Porque - prosiguió el excanciller- si dos jefes de Estado, uno anfitrión y el otro visitante, no pueden desplazarse por 40 minutos al norte de Lima, es gravísimo como mensaje sobre la seguridad en el país”.
“Es decir, los propios actores visibles, al no ir están confesando que hay inseguridad en el Perú (...) Entonces, decidir que la inauguración de una mega obra de enorme proyección geopolítica, sea en Palacio de Gobierno, en verdad, no es lo esperado y producirá un impacto negativo a la visión del Perú desde fuera”.
Rodríguez-Mackay defiende la profesionalidad de las fuerzas de seguridad peruanas.
“El Perú no es un Estado fallido, no es Haití ni es Somalia. Creo que estamos quitando peso y piso al extraordinario trabajo profesional de nuestra Policía Nacional y Fuerzas Armadas. Están humillándolas con una decisión de esta naturaleza”, señaló.