Requerido por este diario, el excanciller Miguel Ángel Rodríguez Mackay estima que el nombramiento, en noviembre pasado, del diplomático David Gómez Boluarte, hijo de la presidenta de la nación, en un importante cargo en Naciones Unidas, ha generado ciertas “suspicacias” y “subjetividades” a la luz de las informaciones recientes.
El domingo, el programa de TV “Día D” informó que hace un año, el 27 de noviembre, Relaciones Exteriores designó en el mismo cargo -la Representación Permanente del Perú en Naciones Unidas-, con sede en Nueva York, a la señorita Blanca Mercedes Gómez, tercera secretaria del Servicio Diplomático de la República.
El detalle conflictivo es que dicha funcionaria es la novia del hijo de la mandataria.
Rodríguez Mackay destaca que, visto desde “un marco de pura legalidad y meritocracia, la legalidad [del nombramiento de Blanca Gómez] está fuera de discusión”, pues la joven ocupó el primer puesto en el orden de méritos de su promoción.
Precisa que aquí podría haber un factor ético.
“En la normalidad de los casos, los matrimonios entre diplomáticos salen los dos al exterior sin ningún problema por el principio de unidad familiar; pero aquí no estamos frente a un matrimonio”, explica.
INVOCA AL CANCILLER.
El ex ministro de RR.EE, en este punto exhortó al canciller Elmer Schialer a dar una explicación precisa a la opinión pública.
“Esto es un factor que la Comisión de Destaques al exterior deberá explicar”, dijo.
“Y el canciller de la república, dada la connotación del caso, tratándose del hijo de la presidenta, deberá dar una explicación minuciosa, detenida, a la opinión pública: cómo ha sido este caso, cómo son los procesos de ascenso, las notas que se suelen colocar a los funcionarios cuando ascienden, y los conceptos que suelen evaluarse para los destaques al exterior”, sugirió.
“Creo -concluyó-, que se acrecienta el marco de subjetividades por los niveles de coincidencia” entre ambas designaciones.