Si Javier Pérez de Cuéllar pudiera vivir otros 100 años, seguro mediaría en más guerras para traerle paz al mundo. Hoy, el abogado y diplomático, quien llegó a ser secretario general de las Naciones Unidas, cumple un siglo de vida.
El también excandidato a la presidencia del Perú -y a quien el electorado dio la espalda- es reconocido en el mundo por utilizar la diplomacia para frenar guerras sangrientas, como el caso de aquella que enfrentó a Irán con Irak, en 1988.
También quedó en la memoria su intervención para que el gobierno de El Salvador y los guerrilleros de ese país firmaran un acuerdo de paz, en julio de 1989.
Como si esto fuera poco, es recordado por conseguir la liberación, en el año 1991, de los rehenes norteamericanos secuestrados por Hezbollah, en el Libano.
Para el historiador y director del Lugar de la Memoria (LUM), Manuel Burga Díaz, Pérez de Cuellar desempeñó un rol fundamental durante periodos complicados, como la “Guerra Fría”, el enfrentamiento político entre Estados Unidos y la Unión Soviética que mantuvo en vilo al mundo entero.
“Lo manejó muy bien y tenía una gran experiencia. Él llevó a la diplomacia peruana a un nivel alto”, enfatizó.
CARRERA DE JAVIER PÉREZ DE CUÉLLAR
La trayectoria de Pérez de Cuellar empieza en 1940, con su ingreso al Ministerio de Relaciones Exteriores.
Años más tarde se convierte en secretario de nuestro país en las embajadas de Francia, Reino Unido, Bolivia y Brasil.
También nos representó en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde fue presidente de dicho grupo de trabajo durante el golpe de Estado en Chipre (Europa), en julio de 1974.
En setiembre de ese mismo años fue nombrado representante especial del secretario general en Chipre, puesto que ocupó hasta 1977.
En 1971, el Perú lo nombró su representante permanente en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde diez años después se convierte en secretario general, la cumbre de su carrera diplomática. Pérez de Cuéllar estuvo 10 años en ese cargo, tras ser reelegido en 1986.
Al regresar al Perú, aceptó en 1994 ser candidato a la presidencia de la República, con el apoyo de la oposición a Alberto Fujimori.
Sin embargo, fue derrotado por el ahora recluido exmandatario, quien obtuvo 64% de los votos vs el 21 del embajador.
Reconocimientos. A lo largo de su vida, Pérez de Cuéllar recibió reconocimientos en más de 25 países, entre ellos destaca el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional de 1987. Asimismo, más de 20 universidades en el mundo lo reconocieron con doctorados honoris causa.