Un mensaje contundente de respeto irrestricto a la democracia dio ayer el comandante general de la Marina, almirante AP Alberto Alcalá Luna, durante un homenaje al personal que luchó por la pacificación nacional, en la Escuela Naval del Perú.
El contexto de este imperativo discurso es la versión de un presunto intento del Gobierno de decidir los ascensos en el Ejército en función de los intereses políticos del régimen de Pedro Castillo y no del país.
“Debemos dejar en claro, que jamás permitiremos que el Estado de Derecho sea quebrado y que no permitiremos que nuestros niños y jóvenes vuelvan a vivir el terrorismo”, señaló el alto oficial.
En su alocución, recordó el papel histórico de la Marina en defensa de la democracia y recalcó que “no nos apartarenos ni por un instante de los mandatos de la Constitución, ni de la ley, y le aseguramos a nuestros compatriotas que la Marina de Guerra del Perú es y será siempre imperturbable centinela del Estado de Derecho, de la Constitución, de las leyes, del respeto a los derechos humanos y de la libre determinación de cada peruano que desee vivir en paz”.
NO AL TERROR. Alcalá Luna le dedicó varios segmentos al motivo del evento: la tarea que tuvieron las fuerzas militares para pacificar el país en medio del ataque de Sendero Luminoso y el MRTA en los años 80.
“La Marina de Guerra del Perú, consecuente con el sacrificio de sus hombres que lucharon por la pacificación nacional y que contribuyeron decididamente en la derrota del terrorismo, rechaza a todos los que pretendan reivindicar a los asesinos ideologizados, a los terroristas que cubrieron de sangre nuestras montañas y costas”.
Como se sabe, el presidente Pedro Castillo fue dirigente del Conare-Sutep, un gremio de maestros vinculado al Movadef, movimiento asociado a Sendero Luminoso. Incluso, recibe en Palacio a Mery Coila, en su momento adherente de ese grupo de fachada.