La primera vez que la congresista María Cordero Jon Tay estuvo involucrada en el recorte de sueldo a sus trabajadores, fue suspendida por Fuerza Popular.
Habían encontrado suficientes razones para apartarla momentáneamente -el 2015- de la bancada parlamentaria mientras duraban las investigaciones en su contra.
Fueron sus propios trabajadores los que la acusaron en 2014 por retener viáticos y gratificaciones para fondos de su campaña reeleccionista.
Daniel Mora, el vicepresidente de la Comisión de Ética de ese período, recordó que la Secretaría Técnica fue la que evaluó el contenido del caso, pero que después del análisis, sugirió archivarlo.
Al respecto, la comisión cumplió esa recomendación y la legisladora salió librada. Sin embargo, el destino se encargó de involucrarla hoy en un caso similar de recorte salarial para empeorar a sí mismo. La diferencia es que ahora hay más evidencias y el caso también lo tiene la Fiscalía.
Casos. No obstante, esto no fue la única vez que Cordero pasó por Ética. Se le investigó porque en el 2012 iba por las noches a la Diroes a visitar de forma privada al expresidente Alberto Fujimori bajo la excusa de llevarle auxilio espiritual. En total, se apersonó 15 veces.
Cordero, en esa fecha, aseguró que su intención era llevarle la palabra de Dios, medicina y alimentos.