El señor José Marín se ha trasladado a Lima desde Huancayo para ver qué puede hacer para salvar a su hijo. La desesperación le hace llorar como un niño.
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Y la verdad es poco o nada lo que él puede hacer. La vida de su hijo, el suboficial de la Policía Nacional Jhus Klinman Marín Cárdenas, depende de los médicos del Hospital Central de la PNP, en Jesús María, y de la resistencia de su organismo.
El joven policía se encuentra intubado, en grave estado, inconsciente, en la Unidad de Cuidados Intensivos del nosocomio PNP.
Él pertenece desde hace 14 años a la Unidad de Servicios Especiales, USE (control de disturbios) y como tal fue destacado a Pichanaki. Una numerosa turba mantenía bloqueado desde varios días el puente del lugar.
Los atacantes no lanzaron florecillas sino piedras y proyectiles de armas de fuego. El suboficial Marín Cárdenas cayó abatido por un balazo a la altura de la tetilla derecha que le rasgó los pulmones, parte del hígado y comprometió intestinos. Otros siete policías resultaron heridos en ese enfrentamiento con vándalos sediciosos el día viernes 16 de diciembre. Entre los atacantes fallecieron dos y 44 resultaron heridos y lesionados.
Otro de los heridos de gravedad es el joven alférez PNP
Cristian Rafael Quispe Ventura que también fue baleado por los manifestantes en Pichanaki. Su pronóstico es reservado. El proyectil de arma de fuego le causó estragos en el abdomen.
DERECHOS HUMANOS
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Como es de suponer, estos jóvenes policías, y los casi 300 efectivos de la Policía Nacional heridos y lesionados en diversas regiones por las turbas sediciosas, no figuran en la lista de la ONG Coodinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH). Según cifras del Ministerio del Interior, el número de policías heridos desde el inicio de las acciones vandálicas, es cercano a los 300.
“Aproximadamente 300 policías han resultado heridos, de los cuales 4 se encuentran en situación grave. Uno de ellos está en UCI. El sábado ha sido intervenido quirúrgicamente, y esperemos su evolución favorable”, declaró ayer el ministro del Interior, César Cervantes, en Radio Nacional.
Cuarenta locales o edificios de instituciones públicas y privadas -sin contar vehículos y otros- dijo el ministro, fueron incendiados o dañados con explosivos.
En el drama de la crisis política peruana, es notable el concepto ideológico de derechos humanos que la CNDDHH aplica en sus intervenciones, siempre en favor de uno de los bandos, el de los ciudadanos de izquierda. Los policías y militares no están incluidos en el goce de esos derechos.
Igual que el suboficial Maín Cárdenas y el alférez Cristian Quispe, hasta ayer suman un total de 19 los policías trasladados al Hospital Central PNP desde Apurímac (15), Junín (2), Huancavelica (1) y Lima (1), informó la Dirección de Sanidad Policial (Dirsapol).