Dirigente empresarial cuestiona la falta de coherencia del Gobierno en, por ejemplo, Quellaveco y sostiene que proyecciones económicas son “a la baja”
Dirigente empresarial cuestiona la falta de coherencia del Gobierno en, por ejemplo, Quellaveco y sostiene que proyecciones económicas son “a la baja”

El ánimo de los empresarios sigue en terreno pesimista porque no hay coherencia entre lo que anuncia el Gobierno y lo que luego dispone, como en el caso de la regulación laboral o el de la empresa minera Quellaveco, señala Oscar Caipo Ricci, presidente de la Confiep. En diálogo con Correo dijo que en los últimos 30 años Perú tuvo un crecimiento importante, que permitió reducir la pobreza de 70% a niveles de 20% porque se tuvo más recursos que nunca, pero el problema es la descentralización, que, si bien es necesaria, no ha sido acompañada de capacitación ni del control para evitar la corrupción.

¿Cómo siente hoy al Perú?

Vivimos momentos difíciles por la inestabilidad y la falta de confianza. Al sector empresarial se le complican sus decisiones de inversión, sobre todo las de largo plazo, que requieren estabilidad, predictibilidad. Esperamos que el panorama se resuelva para que, con las inversiones la economía se reactive, genere empleos formales y mejoren los ingresos de la población, y así dinamizar la economía y salir adelante de dos años y medio muy difíciles por la pandemia del Covid 19.

¿Cree que se quiebra el crecimiento de la economía peruana?

Las proyecciones y las tendencias son a la baja y es consecuencia de no tomar las decisiones correctas a tiempo. Vemos, por lo menos, algunas señales de enmienda que viene del MEF con el plan Impulso Perú, que reconoce la importancia de la inversión privada. También reconoce la importancia de la inversión pública y con mayor razón cuando hay cambios de autoridades porque siempre cae y complica aún más las cosas, pero más importante aún es que reconoce la necesidad de reconstruir confianza, es una primera señal. Lo malo es que demoró 14 meses para que haya un plan concreto, con medidas específicas de crecimiento de algunos sectores prioritarios.

Pero falta coherencia al Ejecutivo como equipo, ¿verdad?

Sí, el otro problema es la falta de coherencia. No parece que todo el Gabinete esté alineado con el plan del MEF. Entonces es importante que los otros sectores (ministerios) empiecen a entender, primero, que la economía se reactiva solo si crece, lo que es posible cuando hay inversión, sobre todo la privada, que representa, históricamente, el 80% de la inversión total, que genera empleos, que ayuda a mejorar los ingresos, que permiten dinamizar más el consumo.

¿La falta de coherencia es la parte débil del Gobierno?

Confiep sacó un comunicado respecto a falta de coherencia en los mensajes y compromisos. El presidente, en el exterior y en el país, da la bienvenida a la inversión y a la seguridad jurídica; el propio premier (Aníbal Torres), en Perumin, hizo lo mismo, pero, como es hasta ahora la constante en el Gobierno, a los pocos días de un anuncio importante se genera un problema por declaraciones, o pedidos de un grupo. Los pedidos pueden ser legítimos, como resolver el problema de agua en el valle del Tambo, pero no se puede poner en cuestión que AngloAmerican haya obtenido, en varios años, los permisos legales y sociales para empezar a operar Quellaveco. Es un claro mensaje de la falta de coherencia, que genera clima de incertidumbre. El Gobierno está en uno de esos momentos de la verdad y que mediante acciones concretas confirme lo que ha venido diciendo. O atiende el pedido de una minoría, que a veces es político, para tratar de buscar aliados, lo que aparentemente ha sido la forma de buscar cierto nivel de apoyo en la población. O pone el bienestar del país y el estado de derecho por encima de algún interés político o ideológico

¿Qué se puede rescatar del accionar del Gobierno?

Cuando alguien que no tiene experiencia ni trayectoria llega a una posición relevante, lo primero que debe hacer es rodearse de personas idóneas, con capacidad. Lamentablemente no ha sido el accionar del presidente y de su Gobierno. Desde el inicio, pero en contadas excepciones, tomó decisiones que considero correctas, como la ratificación de Julio Velarde en el BCR, que permitió tener estabilidad y una menor fluctuación de nuestra moneda, que a pesar de que hubo tanta presión interna como externa, fue la que menos fluctuación tuvo. También está el nombramiento de Kurt Burneo en el Ministerio de Economía. Cuando hay nombramientos de este tipo se toman las mejores decisiones y las cosas comienzan a caminar mejor. El problema está cuando no hay ese mismo nivel en otras carteras; se reparten los ministerios por cuoteo político o algún tipo de acuerdo y con personas que son más de tinte político que técnico. El sector empresarial tiene un mejor nivel de comunicación cuando puede conversar con personas que tienen conocimiento, capacidad y que entienden los temas técnicos, sin ninguna influencia política ni ideológica

¿Se escucha a los empresarios?

Cuando hay ministros y funcionarios con capacidad para abordar los aspectos técnicos se tiene una comunicación fluida, como con el MEF. Hemos tenidos tres reuniones con el ministro Burneo y el plan Impulsa Perú responde a las interacciones, propuestas hechas en su momento. También hay un nivel de diálogo en el Produce, sobre todo con el viceministro. Confiep no solo representa a empresas grandes, también a medianas y pequeñas. Produce tiene programas para las mypes; hemos tenido también reuniones en Cancillería para ver cuál es la ruta de acceso a la OCDE.

El plan Impulsa Perú implica mucho gasto, ¿y los ingresos?

Por eso la importancia de los tres pilares del plan Impulsa Perú. Uno es la inversión privada. Otro es la inversión pública, que debe acelerarse con los cambios de autoridades para que no se sienta su caída porque caerían el empleo y el gasto. Para que el plan funcione se tienen que dar todos los componentes y si no hay suficiente crecimiento del sector privado tampoco crecen las utilidades ni la recaudación y no se podrá financiar el plan. También hay que recuperar la confianza para que haya inversión en el nivel necesario. El BCR y el MEF estiman que la inversión privada no crecerá este año y que en el 2023 caerá de 2 a 3%. El Gobierno debe enfocarse en las prioridades que requiere el país, tras dos años y medio de una pandemia, porque hay una recuperación desigual; hay sectores que aún no se recuperan como el turismo, pero hay otros que dinamizan la economía como el minero y agroexportación, pero que requieren un gran impulso y mucha confianza para seguir creciendo. También hay sectores nuevos que tienen mucho potencial, como el forestal y el acuícola, incorporados en el plan Impulso Perú. Si todo el gabinete se alinea a ese plan la economía se podrá reactivar.

¿La regulación laboral genera desconfianza?

Si. Lamentamos que la política del Gobierno, a través del Ministerio de Trabajo, es predominantemente sesgada y dirigida a atender las demandas de grupos minoritarios, en particular en el área de trabajo muy cercana a los dirigentes de las centrales sindicales, pero no da el mismo nivel de acceso a los puntos de vistas del sector empresarial. Los trabajadores y empleadores se necesitan mutuamente. Somos un país que tiene 75% de informalidad laboral, con trabajadores que no tienen derechos laborales ni protección social. El gobierno prioriza a la minoría que representa al 7 u 8% de sindicalizados. El Gobierno no toma en cuenta que el 99.5% del tejido empresarial es micro y pequeñas empresas (mypes) y la mayoría de ellas, más del 86%, opera en la informalidad. Se promulgan normas como si todas las empresas fueran grandes y formales, parece que se busca algún tipo de apoyo político, lo que explicaría la poca disposición de atender la posición de los empleadores, motivo por el que el sector empresarial suspendió su participación en el Consejo Nacional del Trabajo.

¿La corrupción sigue latente?

La corrupción, lamentablemente, es histórica, llegó a niveles que no imaginábamos con Lava Jato, con el Club de la Construcción. Se han visto presidentes con indicios, acusaciones, procesos de extradición, algunos presos, es un problema que afecta mucho, no podemos tolerar que siga avanzando. Lamentablemente en este Gobierno, que llegó levantando la bandera de la lucha contra la corrupción, vemos serios indicios de corrupción. Por un lado, vemos que es una consecuencia de nombramientos de personas que no tienen capacidad. Por otro lado, se pone a personas con cuestionamientos a su integridad que terminan, con sus actos, demostrando que no llegaron a esa posición para servir y atender las necesidades de la gente, sino para servirse y aprovecharse del cargo. Esto ha hecho que se generalice aún más la corrupción en vez de revertirla. Ahora vemos también que hay instituciones que sí responden como la Contraloría, la Defensoría, el Poder Judicial y, más recientemente, la Fiscalía.

La corrupción atrasa el crecimiento económico, ¿verdad?

Ahora que la Fiscalía investiga esperamos que la verdad salga a la luz y se pueda comenzar a revertir este flagelo que afecta al país. Nuestros problemas no han sido de recursos, el crecimiento económico que hemos tenido en los últimos 30 años ha sido el más importante en la región y el mundo; el PBI creció 3.6 veces y permitió que la fuerza laboral más que se duplique e hizo que la pobreza se reduzca a niveles de 20%, de niveles cercanos a 70%, hace 20 años, y la mayor parte de los presupuestos se financian con la recaudación tributaria, que ha crecido 26 veces en los 30 años. Hemos tenido más recursos que nunca, el problema es la descentralización cuando no hay capacidad; también que esos recursos no llegan por la corrupción, por eso es importante resolver este problema.

¿Cree que la descentralización debe mejorar para reducir la corrupción?

Sí, no cabe duda, la realidad nos ha probado que, si bien era necesaria la descentralización, esta no fue acompañada ni de la construcción de capacidades, ni de los controles para evitar la corrupción. Las estadísticas nos han mostrado que la mayoría de gobiernos regionales y provinciales han estado inmersos en casos de corrupción. Lamentablemente, vemos que en el último proceso electoral algunas autoridades inmersas en casos de corrupción, en el pasado, fueron elegidas de nuevo. Esperamos que en este nuevo periodo de cuatro años las cosas puedan comenzar a cambiar. Vemos con esperanza que en algunas regiones se han elegido a personas más idóneas, con mejores intenciones de atender a sus poblaciones. También se eligieron a algunas organizaciones cuestionadas, sobre todo en sectores donde hay más canon y operan las empresas mineras, esperemos que no traiga más conflictividad social y problemas. El plan Impulso Perú también contempla capacitar a las nuevas autoridades, en diciembre.

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