En un intento por buscar una solución, el Gobierno llegó ayer a una suerte de tregua con algunos dirigentes transportistas y agricultores de Huancayo para detener por cinco días el paro que acatan desde el lunes por el alza de combustible, fertilizantes y productos de primera necesidad.
No obstante, el pacto fue mal recibido por cientos de ciudadanos -y por otros dirigentes- de los mismos sectores que continuaron protestando en los exteriores del Coliseo Wanka.
Las protestas se multiplicaron en diferentes zonas de la ciudad, con ataques a la propiedad pública y privada y enfrentamientos con la Policía, que no dudó en usar gas lacrimógeno y armas disuasivas.
Entre tanto, en los exteriores del Coliseo Wanka, los manifestantes tildaron de traicioneros a los firmantes por actuar bajo sus intereses, pero en su mayoría, exigieron la presencia del presidente Pedro Castillo para que pida disculpas al pueblo por llamarlos “vendidos”. Incluso, por manejar mal su gestión.
En resumen, hubo alrededor de 35 firmas de ciudadanos en dos actas donde se pactaron los compromisos del Ejecutivo. Nueve de ellos no consignaron sus rúbricas ni sus DNI y ocho solo firmaron sin señalar sus datos completos.
COMPROMISOS. Una de las condiciones para poner fin al paro es la reducción temporal del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) hasta en un 90% en el combustible Diesel, Gasolina 84 y 90, y GLP a granel.
Otra medida es presentar un proyecto de ley ante el Congreso que permita reducir el 10% faltante para llegar a la eliminación total del ISC por 6 meses.
En las actas se acordó plantear una iniciativa ante el Parlamento para exonerar el Impuesto General a las Ventas (IGV) de ciertos productos de la canasta básica como el pollo, el huevo, la harina y los fideos.
También se pactó incrementar la banda de subsidios para el balón de gas doméstico en beneficio de más familias y la adquisición de mil tractores agrícolas debidamente implementados para pequeños productores agrarios.
Además, se concertó incrementar la remuneración mínima vital, reorganizar la Sutran, revisar los contratos de las concesiones de peajes en el país y agendar en el Consejo de Ministros del día jueves 7 de abril una reunión de la mesa técnica con el gremio de transportistas en la región Junín (ver infografía).
Pese a estos acuerdos, los enfrentamientos entre los gremios y la Policía continuaron hasta la noche. Hasta el cierre de esta edición, se supo que los ministros de Estado que acudieron al Coliseo Wanka (Huancayo) tuvieron problemas para salir del aeropuerto de Jauja.
Tras las escaramuzas, se registró que varias personas quedaron heridas. Inclusive, una fue golpeada en el ojo con un perdigón.
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TREGUA SIN PAZ. El presidente Castillo envió ayer por la mañana una delegación de ministros al centro de Huancayo. Entre ellos se encontraban Óscar Graham (Economía), Félix Chero (Justicia), Alfonso Chávarry (Interior), Carlos Palacios (Minem) y Óscar Zea (Midagri). Este último estuvo un día antes en Arequipa donde concertó una especie de tregua con los transportistas.
Los acompañaron algunos congresistas y el cardenal Pedro Barreto.
Todos ellos aterrizaron en la ciudad a las 8 de la mañana y se reunieron con Roberto Sánchez (Mincetur) y Alejandro Salas (Cultura), que ya estaban allí.
En la agenda de los altos funcionarios estaba el llegar a una tregua con los protestantes. Para ello, convocaron una reunión extraordinaria en el Coliseo Wanka a fin de instalar una mesa de diálogo.
Enterados del caso los ciudadanos se acercaron y escucharon desde las 11 y 30 de la mañana a los altos funcionarios de Estado.
Sánchez tomó la posta al inicio del evento y mencionó -entre otras- que debía hallarse una solución porque hasta el momento se perdieron dos vidas, una en la carretera y otra en un río.
Pasado los minutos y ante mensajes complicados y poco claros, algunos dirigentes interrumpieron al ministro. Uno de los asistentes se paró para calmarlos y pidió que escuchasen a Sánchez. Pero al persistir el problema, pidieron un cuarto intermedio.
Paralelamente a esta situación, en la ciudad los manifestantes continuaban acatando el paro indefinido, pero buscaban que el presidente Castillo acuda a Huancayo. Primero, para disculparse por llamarlos vendidos y, segundo, para solucionar el alza de precios de los combustibles y productos de primera necesidad.
Una vez retomado el diálogo, el monseñor Pedro Barreto le consultó a los asistentes si deseaban que el arzobispo de Huancayo sea el mediador para el diálogo, pero al unísono respondieron: ¡No!
“Queremos a Castillo”, agregaron.
A otros se les escuchó decir “Castillo le ha faltado el respeto a Junín”.
“Por favor, queremos respuestas (...). ¿Cuántos muertos más quieren?”, agregó otro.
“¿Qué es más importante un campeonato o estar aquí?”, se preguntaba otro ciudadano en referencia a la participación del jefe de Estado en la inauguración del Mundial de Futsal Down Lima 2022.
Salas pidió que escuchasen la reunión. Llamó a los dirigentes con los que sostuvo una reunión en la madrugada de ayer.
Pero cansado del desorden, su colega, el ministro Chero (Justicia) anunció con incomodidad que el presidente Castillo acudiría a Huancayo, ayer u hoy, domingo.
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