Tres gobernadores electos tienen un CV de violencia
Tres gobernadores electos tienen un CV de violencia

Después de una semana de realizadas las elecciones municipales y regionales, y que la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) entregara los resultados al 100% de las actas revisadas, algunas sorpresas ponen en alerta a las autoridades del Gobierno Central.

Entre ellas destaca la elección de algunos candidatos radicales, quienes tienen un discurso antiminero y contrario a las grandes inversiones. También están aquellos que han sido partícipes y alentadores de revueltas sociales, así como de actos de vandalismo en sus respectivas localidades.

AGITADORES COMO POCOS

El caso más resonante es el de Walter Aduviri Calisaya, quien promovió y causó disturbios en la localidad puneña de Ilave, allá por mayo del 2011, en la denominada revuelta social conocida como “aimarazo”.

En aquella ocasión, la lucha de Aduviri causó saqueos, toma de carretera, quema de instituciones públicas y ataques a la propiedad privada.

Esta medida radical se inició por el desacuerdo del agitador social con las concesiones que otorgó el gobierno del presidente Alan García a la empresa extractiva Bear Creek. Por los hechos mencionados, Walter Aduviri fue sentenciado, en julio del 2017, a siete años de prisión efectiva.

Desde ese día estuvo en la clandestinidad, hasta que apareció recién el 9 de octubre en la plaza de Ayaviri, en la provincia de Melgar.

Después de que la Corte Suprema de Justicia aceptara el recurso de casación, se iniciará un nuevo juicio en primera instancia por el mismo caso.

CALDO DE CULTIVO

Aún así, el respaldo de los puneños fue masivo. No obstante, el analista político y exministro del Interior Fernando Rospigliosi dijo que la gobernación de Puno en manos de Aduviri va a generar “problemas para las inversiones legales en la región”.

Rospigliosi avizora que en ese mandato “habrá un caldo de cultivo para la minería ilegal, el narcotráfico, el contrabando y otros delitos que aquejan a Puno”.

“Los que han ganado son caudillos locales y regionales. Es una tendencia que se repite en las últimas elecciones. Los partidos políticos ya no tienen importancia ni trascendencia al interior del país”, aseveró Rospigliosi.

CANON VIOLENTO

Otra es la historia de Zenón Cuevas, electo gobernador regional de Moquegua. Él fue uno de los líderes que encabezó las violentas protestas que se produjeron en esa ciudad en el 2008. Esa vez, Cuevas y otros dirigentes, junto a los manifestantes, bloquearon el puente Montalvo –principal vía de acceso a Moquegua– y retuvieron a medio centenar de policías.

El reclamo de la población moqueguana era la de una redistribución justa del canon minero que pagaba la empresa Southern Perú, tanto en Moquegua y Tacna. Las manifestaciones se tornaron violentas y causaron daños a la propiedad pública y privada.

Por los desmanes producidos, el Poder Judicial condenó Cuevas Pare a tres años de pena suspendida por el delito de disturbio. Sin embargo, la Sala Penal de Apelaciones de Mariscal Nieto lo absolvió.

“Lamentablemente, la realidad indica que en el Perú promover disturbios, tumultos y violencia es un camino de ascenso político. Ha sucedido en Puno, con Aduviri, y en Moquegua, con Zenón Cuevas”, remarca Rospigliosi.

ANTIMINERO

En la región Junín, Vladimir Cerrón, quien tiene un discurso antiminero y de izquierda, también resultó ganador. “Él es un dirigente radical; sin embargo, hay que reconocer que la mina Toromocho se desarrolló cuando era gobernador regional (2011-2014)”, indicó.

Rospigliosi dijo que el gobierno del presidente Martín Vizcarra es débil y no sabe manejar los conflictos sociales. “Cuando se presentaban problemas, el Ejecutivo terminaba cediendo rápidamente ante las demandas”, manifestó.

Ante ello, consideró que a partir del otro año, el mandatario tendrá que manejar los conflictos que serán impulsados por estos nuevos gobernadores radicales.