El programa educativo impulsado por el Consorcio Camisea ha beneficiado a 29 colegios de Pisco.
El programa educativo impulsado por el Consorcio Camisea ha beneficiado a 29 colegios de Pisco.

Los niños y niñas del sexto grado de primaria del colegio República Argentina de Pisco han escrito un pequeño libro sobre sus familias. La compilación de historias nació por la preocupación de la profesora Milagros Diaz Tumay al ver que sus alumnos no participaban en clases, tenían dificultades para expresarse con soltura, y que muchos padres eran distantes al desarrollo de sus hijos. Entonces encontró la forma de acercar a padres e hijos: compartir su historia familiar; que se busque fotos de los abuelos, de los mismos padres cuando eran niños o jóvenes, y que los niños se identifiquen con esa historia. A los alumnos les encantó y ahora esos textos son material de lectura para quien los quiera revisar en el aula, y representan una fuente de motivación para seguir escribiendo.

Hay formas creativas de educar a los niños, estrategias para fomentar la participación y para estudiar como jugando. Esas han sido algunas de las pautas de “Aprender para Crecer” que, financiado por el , se propuso desde fines del 2016 hasta este 2019 mejorar la calidad educativa en 29 escuelas de la provincia de Pisco. Tanto en inicial como en primaria, y en las áreas de matemáticas y comunicación.

Un equipo de especialistas en pedagogía de la Universidad Privada Cayetano Heredia se encargó de capacitar a los profesores, de hacer clases demostrativas para que ellos adapten las mejores prácticas en sus aulas, de acompañarlos como asesores permanentes, de fomentar espacios para que los maestros compartan experiencias.

Un compromiso con los niños

En tres años “” capacitó en Pisco a cerca de 300 docentes y tuvo impacto en 8 mil estudiantes. En una evaluación que va hasta el 2018, Grade encontró que los alumnos de los colegios que participaban del programa mejoraron en mayor grado su desempeño educativo -lectura y matemáticas- en comparación con otras instituciones de Ica y zonas aledañas.

El programa también realizó talleres y otras actividades con padres de familia para involucrarlos más en la educación de sus hijos. “El trabajo no solo es con los niños, también hay que educar al padre de familia, porque ellos son los educadores en la casa”, dice la profesora de inicial Milagros Cruces del colegio Carlos Noriega Jiménez de Paracas. Aunque muchos de estos padres trabajan largas jornadas en la pesca o en fundos agrícolas, la profesora Milagros dice que la mayoría está pendiente de los avances de sus hijos, si ya están aprendiendo a sumar o a leer. Y varios ya han armado pequeñas bibliotecas en el hogar a pesar de las carencias económicas.

“Pensé que sería como cualquier programa de capacitación, en la que nos actualizan y allí queda, pero no fue así”, dice Milagros Cruces, que con 7 años como docente, reconoce que “Aprender para Crecer” fue muy productivo porque los formadores se preocupaban de la realidad de cada colegio. “Desde que era chica y jugaba con mis hermanos menores pensaba que si los niños tienen que aprender debe ser de forma divertida, disfrutando lo que hacen”, agrega. Por eso desarrolló un proyecto de investigación para solucionar el déficit de expresión oral de sus estudiantes menores de 5 años. Se valió de dinámicas con títeres, disfraces, cuentos, adivinanzas, y también salía con sus alumnos a mercados o plazas para que puedan hablar con personas de la comunidad. “Ahora el 80% de mis estudiantes se expresan con fluidez y han perdido el temor de hablar en público”, dice con orgullo, porque sabe que están más preparados para su próximo paso a la primaria.

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