Cuando se habla del presente y el futuro de la medicina, las células madre aparecen siempre en primer plano. Según el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH), son únicas porque pueden multiplicarse de manera indefinida y, al mismo tiempo, transformarse en células especializadas como las del corazón, el hígado o el cerebro.
Este “poder de transformación”, las convierte en el centro de la medicina regenerativa y en una de las áreas más prometedoras de la ciencia, con el potencial de cambiar para siempre la forma en que tratamos enfermedades.
Su valor radica en que actúan como un sistema de reparación natural que genera nuevas células cuando el cuerpo las necesita y en el laboratorio permiten a los científicos reproducir procesos que antes eran imposibles de observar.
Gracias a estas capacidades, pueden regenerar huesos, músculos o cartílagos; se aplican en trasplantes de médula ósea para curar leucemias y otras enfermedades de la sangre, y van en camino de ser clave para combatir males cardíacos, diabetes o trastornos neurodegenerativos.
PROCESO
El doctor Wilber Argandoña Velásquez, especialista en el procedimiento de células madre, explica que este consiste en tomar células madre del propio paciente o de un donante, prepararlas cuidadosamente en laboratorio y luego devolverlas al cuerpo.
Una vez implantadas, estas células ayudan a regenerar tejidos y a mejorar ciertos malestares de manera más rápida y natural.
Las células madre se obtienen principalmente de la médula ósea, la sangre del cordón umbilical, el tejido adiposo y, en laboratorio a partir de células adultas.
CLAVE
Las células madres puede regenerar tejidos dañados, tratar enfermedades graves y desarrollar nuevas terapias para males más complejos.
BENEFICIOS DE LAS CÉLULAS MADRES EN ADULTOS MAYORES
El director de Artro Center Células Madre, nos da las claves para entender por qué ellos resultan beneficiados con esta terapia:
- Calidad de vida. Reducen la inflamación y mejoran movilidad, lo que impacta en la autonomía del adulto mayor.
- Enfermedades degenerativas. Investigaciones recientes muestran resultados alentadores en casos de Parkinson y Alzheimer.
- Regeneración de tejidos. Favorecen la reparación de huesos, cartílagos y músculos dañados por la edad.
- Contra males crónicos. Ayudan en el manejo de enfermedades como artrosis, osteoporosis o diabetes.





