Se dice que la leche materna es el alimento más valioso para el bebé. Es la primera conexión entre la madre y su hijo, al que contribuye con anticuerpos, células vivas y otras sustancias que lo protegen de las infecciones y le ayudan a crecer y desarrollarse. Por tanto, cada primera semana de agosto se promueve este acto que se ha denominado la ‘Semana Mundial de la Lactancia Materna’.

El decano nacional del Colegio de Nutricionistas del Perú, Antonio Castillo, explica que, durante los 6 primeros meses de vida, el menor debe consumir exclusivamente leche materna. Luego, hasta los 2 años, se complementará con papillas y otras comidas. “Esta práctica es una de las formas más eficaces de asegurar la vida y supervivencia de los niños. Crecerán sanos, fuertes, tendrán menos reflujos y serán hasta más inteligentes”, señala.

Recomienda a las madres provocar el estímulo en la mama desde el embarazo, pues esta práctica ayudará a la producción de la leche y así evitará el bloqueo de conductos.

BENEFICIOS

Para la jefa del servicio de Nutrición del Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja, Zulema Gallardo, la lactancia natural presenta efectos positivos para la mujer y el menor.

En el niño, disminuye el riesgo de cáncer infantil, la presencia de diabetes tipo 1, artritis, obesidad, malnutrición, anemia y crea el vínculo psicológico del apego.

Mientras que, en la progenitora, evita la depresión postparto, el riesgo de padecer cáncer de mama, osteoporosis, etc.

Pero ¿realmente el niño puede contagiarse de COVID-19 mediante la succión de este alimento? No. La especialista menciona que el contagio sería por las secreciones, estornudos u otras malas prácticas. Sin embargo, si la madre se lava las manos constantemente y usa mascarilla, no hay riesgo de contagio.

EVITAR FÓRMULAS

Por su parte, la nutricionista Erika Mora, del Portal Salud en Casa, manifestó que no existe ninguna fórmula que sea totalmente inocua para el bebé y el único alimento libre de patógenos es la leche materna, sustancia que es considerada “la primera vacuna”.

“Las madres deben tener en cuenta que las preparaciones lactantes no contienen las vitaminas que hay en la leche materna. Si no se elaboran adecuadamente, conllevan posibles riesgos asociados al uso de agua insalubre y de material no esterilizado y así una posible presencia de bacterias en la preparación en polvo”, detalla.

La experta explica que es un crimen que el niño no consuma el calostro (el primer tipo de leche materna que produce la madre tras dar a luz) y sí las fórmulas que contienen más de 4 mil litros de agua y podrían ocasionarle al menor hasta parásitos.

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