Cuatro de cada 1,000 embarazos presentan un cuadro de placenta previa, condición que, en algunos casos, pone en riesgo la vida del bebé y la salud de la madre. (Foto: Freepik)
Cuatro de cada 1,000 embarazos presentan un cuadro de placenta previa, condición que, en algunos casos, pone en riesgo la vida del bebé y la salud de la madre. (Foto: Freepik)

La placenta previa es una complicación que se presenta con cierta frecuencia en el embarazo y sucede cuando esta se adhiere en la parte inferior del útero cerca del cuello uterino causando, en algunas oportunidades, hemorragias durante el embarazo, parto y posparto. Asimismo, esta condición aumenta considerablemente el riesgo de un parto prematuro.

¿Qué es la placenta?

La placenta es el órgano que se desarrolla durante el embarazo, cuya función es nutrir y proveer de oxígeno al bebé. Si al final del tercer trimestre aún se mantiene en el segmento inferior del útero, lo más recomendable sería optar por un parto vía cesárea, debido a que el vaginal sería muy riesgoso. De acuerdo a cifras oficiales, cuatro de cada 1, 000 embarazos presentan un cuadro de placenta previa.

“El sangrado es un signo de placenta previa y, usualmente, se da en el segundo trimestre del embarazo. Puede estar acompañado, o no, de contracciones uterinas. Asimismo, todo sangrado en el embarazo debe ser evaluado de manera temprana y oportuna por un especialista, dado que esta condición pone en riesgo la salud y vida de la madre y el feto”, afirma la Mg. Katia Vargas, docente de la especialidad de psicoprofilaxis obstétrica y estimulación prenatal de la Universidad Norbert Wiener, potenciada por Arizona State University.

La especialista precisa algunos factores que podrían incrementar la probabilidad de placenta previa:

  • Antecedentes de cirugía uterina.
  • Placenta previa en un embarazo anterior.
  • Tabaquismo.
  • Formación anormal de la placenta.

Vargas también explica que hay hábitos que se pueden seguir para reducir el riesgo de complicaciones si se tiene el diagnóstico de placenta previa:

  1. Sigue las instrucciones de tu médico: Es importante seguir las instrucciones de tu doctor para que recibas el mejor cuidado posible. Puede recomendarte cambios en tu estilo de vida para evitar complicaciones.
  2. Tener una dieta saludable: Una dieta saludable proporciona los nutrientes que el bebé necesita para un desarrollo óptimo en la gestación.
  3. Controlar su peso durante el embarazo: El aumento de peso excesivo durante el embarazo puede aumentar el riesgo de complicaciones. Es importante hablar con tu médico sobre el aumento progresivo de peso para verificar que éste sea adecuado y saludable.
  4. Aprende alguna técnica de relajación: El estrés, puede aumentar el riesgo de presentar ansiedad cuando existe el diagnóstico de placenta previa. Es importante aprender algunas técnicas de relajación para ayudarte a controlar la ansiedad. Entre las más comunes están: la respiración profunda, la meditación.

“Si ya se tiene placenta previa, es importante que se sigan las siguientes restricciones y precauciones: Realice los controles prenatales de manera rigurosa para monitorear el estado de la placenta, además de un reposo relativo y suspensión de las relaciones sexuales. Acude a un establecimiento de salud lo más pronto posible si es que se presentara algún sangrado. Al llegar, informe al personal de salud su condición de placenta previa, para que puedan tenerlo en cuenta en los exámenes a realizar. Siguiendo estas instrucciones, puede ayudar a reducir el riesgo de complicaciones durante el embarazo y el parto”, afirma la especialista de la Universidad Norbert Wiener.

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