Unas temperaturas gélidas aguardan la llegada del rover Perseverance a Marte -programada para las 20:38 (GMT) de hoy-, en lo que será el fin de un viaje que comenzó hace casi siete meses para iniciar la misión de búsqueda restos de vida en el planeta rojo.
Científicos españoles del Centro de Astrobiología (CAB) -un centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas del Ministerio de Ciencia y del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial del Ministerio de Defensa- han utilizado modelos medioambientales marcianos para predecir las condiciones meteorológicas en el lugar donde está previsto el amartizaje del explorador, en el cráter Jezero.
El CAB, asociado a la NASA desde hace más de veinte años, ha utilizado los modelos meteorológicos existentes para Marte para predecir esas condiciones meteorológicas durante todas las estaciones del año marciano.
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Esas predicciones meteorológicas se han complementado con predicciones de radiación y de humedad, y todos los datos se han recopilado en un trabajo que se ha publicado en una edición especial de la misión de NASA Mars 2020 rover Perseverance, de la revista científica Space Science Reviews.
El Perseverance será el quinto rover que aterriza en Marte, después de la llegada de sus “hermanos pequeños” Sojourner (1997), Spirit y Opportunity (2004), y de su “casi” gemelo Curiosity (2012).
El cráter Jezero, de unos 49 kilómetros de diámetro, está situado en el hemisferio norte marciano, ha recordado el CAB, que ha subrayado que el lecho del cráter es rico en sedimentos lacustres arcillosos, lo que indica que fue un lago que se secó hace miles de millones de años.
Aun así, esos sedimentos podrían haber preservado restos de vida, por lo que la búsqueda de esos rastros va a ser uno de los objetivos del Perseverance en el planeta rojo.
Un instrumento español (llamado “MEDA”) liderado por el CAB viaja a bordo del explorador con el objetivo de facilitar la interpretación de las mediciones meteorológicas y de proporcionar predicciones de los fenómenos meteorológicos y de los cambios estacionales que podrían afectar a las operaciones de la misión.
El CAB ha recordado que las condiciones meteorológicas y de radiación y humedad influyen directamente en las posibilidades reales de detección de signos de vida pasada y de la preservación de materia orgánica, lo que constituye el objetivo fundamental de la misión.
Los científicos han investigado un ciclo diurno completo para los solsticios y equinoccios (primavera, verano, otoño e invierno) simulando las temperaturas del aire y del suelo, la presión atmosférica, la velocidad y dirección del viento, y los ciclos de radiación solar y vapor de agua en superficie.
Las simulaciones han reflejado que el mayor flujo de radiación solar se produce en el equinoccio de otoño; que esta estación es la más calurosa del año en el cráter Jezero, con una predicción de temperaturas máximas rozando los gélidos -27 grados; y que las temperaturas mínimas alcanzan en esa zona de Marte los 84 grados bajo cero.
Los modelos muestran oscilaciones muy grandes de las temperaturas del aire por la mañana y por la tarde, lo cual es compatible, han observado los científicos del CAB, con una fuerte turbulencia atmosférica asociada al ascenso de masas de aire calentadas por la fuerte radiación solar en ese momento del día marciano.
Además, las simulaciones han revelado que la temporada más húmeda en Jezero se produciría a mediados del verano, con un contenido de vapor de agua, lo que favorece la interacción entre la atmósfera y el suelo y es interesante desde el punto de vista astrobiológico; y de forma ocasional, podrían producirse finas nieblas al comienzo del verano.
Fuente: EFE