La industria farmacéutica local experimentará este año un crecimiento entre 2% y 3%, respecto al 2019, superando los US$ 2.200 millones, aproximadamente, según cifras preliminares de la Asociación de Industrias Farmacéuticas Nacionales - Adifan.
Esta expansión moderada está sustentada, principalmente, por la mayor demanda de fármacos hospitalarios en general, de antibióticos como la Azitromicina, la Ivermectina (cuya demanda se disparó), de corticoides y de productos asociados a enfermedades respiratorias, detalla José Enrique Silva Pellegrin, presidente del gremio.
“Sin duda, lo que más ha crecido es la parte hospitalaria, es decir medicamentos de prescripción, pero también los productos OTC (de venta libre). Este último ha compensado la caída de la venta de medicamentos con receta en el canal privado, ya que ante la cuarentena muchas personas dejaron de asistir a sus citas médicas regulares en consultorios privados y en clínicas”, precisa.
Aun con los cambios en el consumo, destaca que tanto el canal privado (retail, US$ 1.110 millones) como el público han mantenido un peso similar de la torta total del sector.
En tanto, proyecta que para el 2021 el incremento sería similar al de este año, es decir de hasta 3%, tomando en cuenta la nueva cepa del coronavirus y el rebote de la economía.
MAYORES SOBRECOSTOS
Señala que aún con este incremento, tanto los laboratorios nacionales como otras empresas en el país, han tenido que asumir sobrecostos y están sufriendo el impacto de la pandemia y su mala gestión para enfrentarla.
El Estado, refiere, ha optado ante la emergencia sanitaria por comprar medicamentos más evolucionados y tecnológicos a laboratorios extranjeros a precios mayores con la promesa de entrega rápida, pero estos plazos no se estarían cumpliendo.
No obstante, asegura que comprar a una empresa que no está presente en el país es como comprarle al informal. “Las condiciones para estas empresas son mucho más sencillas, con sistemas de registro sanitario de 10 días; mientras que los formales y nacionales tienen que esperar entre 2 y 5 años para obtener un registro”, enfatiza.
De otro lado, comenta que los medicamentos genéricos representan el 25% de las prescripciones y el 70% de estas salen de los hospitales, pero muchas veces estos no cuentan con el medicamento y el paciente tiene que conseguirlo en la calle.
“Esto responde a que el Estado no se está abasteciendo adecuadamente. Solo por el COVID-19 más de S/ 1.000 millones no han sido usados y es por la incapacidad en centralizar los sistemas de compra que son ineficientes”, asegura Silva en el marco de la sétima edición del premio a la “Innovación en Ciencias, Tecnología y Gestión para la lucha contra la anemia infantil en el Perú” realizado por Adifan, y de la donación de juguetes a Uchuraccay, distrito con la mayor incidencia de anemia y pobreza.