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Atroz
Autorizar el uso de taxis colectivos a tres días del Año Nuevo no es una casualidad. Virtualmente, el titular del MTC, Juan Silva, le ha dado un arma cargada a sectores irresponsables que ahora tienen licencia para matar. El Congreso tiene ahora un ministro más por interpelar.
En sociedad
La historia de este triste suceso se inició a inicios de noviembre cuando Silva hizo buenas migas con cuestionables gremios de transportistas que ya pedían la cabeza de María Jara, la jefa de la ATU, y la de la titular de la Sutran, Patricia Cama, finalmente destituida.
Audio bomba
Luego, fue difundido un audio en el que, suelto de huesos, Silva se comprometió a ampliar automáticamente las autorizaciones de ruta por diez años a todas las combis y coasters de Lima y Callao, una salvajada que solo se explica si hay una motivación de esas que merodean Palacio de Gobierno.
Prontuario
Virtualmente, Silva se convirtió en un monigote de gremios con un accionar de los bajos mundos. Por ejemplo, Martín Valeriano Napan, es presidente de la Asociación Nacional de Integración de Transportistas (Anitra) y tiene un proceso judicial por homicidio culposo, delito de abandono y exposición de personas al peligro.
Cadena de errores
Luego, Silva quiso sacar a Ana Jara de la ATU pero la ley no se lo permitió. Por si fuera poco, designó a Doris Alzamora Chamorro como jefa de la Sutran pese a que en sus antecedentes policiales figuraba que tenía denuncias nada menos que por “tendera”.
¿Y la censura?
Por esas y otras razones, Silva fue interpelado por el Congreso pero no se llegó a presentar una moción de censura. La más interesada fue Susel Paredes, pero luego el tema quedó en nada. Sería hora de retomarlo pues este ministro está descalificado para el cargo.
Inexplicable
El canciller Óscar Maúrtua se pronunció ayer sobre el papelón que significó la frustrada expulsión de un grupo de ciudadanos venezolanos porque Caracas no autorizó el aterrizaje de la nave peruana. Según el canciller, no hubo respuesta porque las autoridades llaneras estaban de vacaciones.
Papelón
Está visto pues que Pedro Castillo no puede cumplir ni la más mínima de sus promesas. Ofreció expulsar a todos los venezolanos que delinquen o son ilegales el mismo 28 de julio y no pudo hacerlo, 4 meses después, ni siquiera con el primer grupo de apenas 41 personas. Un desastre.
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