La soledad era su eterna compañera desde hace muchos años, Eduardo Cesti lo había admitido resignado, y así, sin más compañía que sus recuerdos, lo encontraron el viernes último en el pequeño cuarto que alquilaba en Jesús María, pero esta vez sin vida, a los 78 años.
Una fiel y muy querida amiga, quien se convirtió en su ángel guardián en los últimos tiempos, fue quien al llegar a verlo se dio con la sorpresa de lo inevitable.
Tras el dolor y el impacto de la muerte súbita, la noticia empezó a recorrer las redes sociales y todos, a lamentar la dura y terrible partida del destacado actor peruano.
Quienes lo conocieron de toda la vida, coinciden en señalar que Cesti empezó a morir de a pocos, hace más de 30 años, cuando vio partir a sus hijos a Francia en un viaje sin retorno. Ese alejamiento le dejó una herida abierta, difícil de cerrar. Fue por eso que la nostalgia lo acompañó siempre, y como si esto fuera poco, la diabetes y sus complicaciones lo enfrentaron a la amputación de su pierna derecha hace siete años. Un golpe que terminó por derrumbarlo.
CARRERA. A pesar que Eduardo Cesti, egresado de la Escuela Nacional de Arte Dramático y el Club de Teatro de Lima, participó de recordadas telenovelas y elogiadas obras de teatro, su nombre siempre estará asociado a un personaje que lo marcó para siempre: “Gamboa”, un mayor de la policía que resolvía violentos casos. Durante dos años (1984-1986), la serie producida y dirigida por Lucho Llosa lo elevó a la categoría de superestrella local, aunque él siempre repetía, que si estuviera en Hollywood, andaría en un auto de lujo y mientras que aquí, se movilizaba en combi.
Hay quienes dicen que le molestaba que, a pesar de los años, lo asociaran a Gamboa todo el tiempo, desconociendo su trayectoria completa. Pero quizá, lo que le inquietaba, era que regresaran a él los recuerdos de su mejor época, la del aplauso, el dinero y la fama, que como es usual, no dura para siempre.
FINAL. Cesti, postrado en una silla de ruedas vivió los últimos años tratando de demostrar que aún podía trabajar y es así que lo vimos en la cinta “Atacada”. En 2018 el Congreso de la República aprobó su pensión de gracia en mérito a su destacada carrera. Esta noticia lo motivó a seguir pensando en un retorno y mucho más cuando Aldo Miyashiro y su equipo estaban en plenas coordinaciones para que pueda tener su pierna ortopédica. Pero Cesti quiso terminar la función en el momento justo y cerró el telón sin esperar el aplauso final. Así fue él, así fue Cesti.