Desde la misma fuente, con destreza y calidad narrativa, expone cuentos que muestran vivencias, encuentros y asombros ante la inmensidad. Reflexiona sobre la vida, la naturaleza y transmite valores.
Desde la misma fuente, con destreza y calidad narrativa, expone cuentos que muestran vivencias, encuentros y asombros ante la inmensidad. Reflexiona sobre la vida, la naturaleza y transmite valores.

(Trujillo,1955) es abogado independiente que trabaja en el sector privado. Siempre está atento a la cultura trujillana, pocos sabían que es un destacado narrador y acaba de publicar “Playa Paraíso” (Papel de viento, 2023) conformado por 15 cuentos. Bernardo, ha desempeñado altos cargos en la administración pública e impulsó el desarrollo regional. Tiene experiencia en gerencias de servicios y turismo, además de supervisión y monitoreo de proyectos. Es analista social, político y cultural. Fue regidor en la comuna de Trujillo y diputado por La Libertad. Hace poco fue gerente municipal.

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Mar y narrativa

Tenemos como antecedentes “El gaviota” (1930) de José Diez Canseco, de Mario Puga “Puerto Cholo” (México, 1955) que congrega a personajes y sus destinos, en puerto Eten. En Trujillo, Eduardo González Viaña publicó “Los Peces Muertos” (1964), libro sorprendente, de seres y sucesos escritos en prosa rítmica. Julio Ortega, publicó “Relatos de pesca” (1966), “Cuentos al pie del mar” (1968). El pisqueño José Hidalgo, difundió “Panconté” (1974). Asimismo, citó a “El zorro de arriba y el zorro de abajo” (1971) de José María Arguedas y “El caso Banchero” (1973) de Guillermo Thorndike. Posteriormente, Óscar Colchado, editó su libro de cuentos “Del mar a la ciudad” (1980) y este siglo publicó “Hombres de mar” (2011), Braulio Muñoz imprimió “Tancay” (2004), Teófilo Villacorta publicó “El mar en los ojos de la niña Buenaventura” (2009) y “Volver al mar como en los sueños” (2010) y Carlos Calderón Fajardo difundió “El hombre que mira el mar” (2011). Últimamente, Alejandro Estrada imprimió “Tiempos de mar” (Lluvia Editores, 2021) desde la óptica del niño-narrador.

Playa Paraíso

Las playas del norte peruano son escenarios y desde las orillas del inmenso mar, aparece el libro de cuentos “Playa Paraíso” (Papel de Viento,2023) de Bernardo Alva Pérez, quien tiene un entrañable vínculo con el surf. Desde la misma fuente, con destreza y calidad narrativa, expone cuentos que muestran vivencias, encuentros y asombros ante la inmensidad. Reflexiona sobre la vida, la naturaleza y transmite valores. Resuelve el argumento con prosa estética y transparente, al final de cada cuento obtiene destacable calidad en el desenlace y acaba con la intriga de historia narrada. Cada narración es también un testimonio conmovedor de la relación entre el hombre y el mar.

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Ecología

En el cuento “Los guardianes de la niebla” (p.19) narra que la neblina no permitió a los tablistas Fonsi y Javi, al fondo del mar, distinguir de qué lado estaba la playa. “No había tiburones por esos lares, entonces, por el color del oscuro de su piel, las aletas romas y la conducta de bordear en grupo la superficie, dedujo que sí, que eran bufeos; pero ¿qué hacían?”. Luego el personaje-narrador describe. “Los bufeos continuaron aleteando mostrando al girar el tono claro de sus vientres. Las olas corrían ahora en tandas espaciadas haciendo campo para la maniobra concertada de los cetáceos. ¡Qué extraordinario!” (p.24). Esta celebración de coexistencia de seres marinos y los humanos prueba la interrelación de convivencia entre los integrantes del hábitat. El espíritu ecologista de Alva es también contundente en el texto “El ciclo de la ballena” (p.39).

Monólogo Elam vital

En el cuento que mantiene el título del libro “Playa Paraíso” (p.34), Iván de pronto tomó su tabla y corriendo por la arena se lanzó al mar. Pasó susto y desesperación entre una y otra ola. Supervivió a la vorágine. Sintió a su energía renovarse y a su “elam vital” elevarse, cuando sus amigos Fred, Carlo y el Mota, compañeros de mar de toda la vida, lo acompañaron a superar el peligro y luego de una hora de juego marino descansaron. Entonces, Iván, mirando la majestad del mar, evocó la breve oración que en silencio había enunciado antes de entrar “Recíbeme madre en tu intensidad/ Permíteme jugar con mis hermanas olas/ Y devuélveme sano y salvo a la orilla” (p.37). Bernardo nos presenta al mar como símbolo de la misteriosa energía vital; el cual, a veces, se presenta tranquilo y e inmediatamente se vuelve furioso e inescrutable como la propia existencia, así lo ratifica en el relato “Desde adentro” (p. 45).

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Místico

Albert Camus señaló que “Solo la música está a la altura del mar”, este enunciado metafórico es tratado en el cuento “Viaje místico” (p. 69). El argumento se basa en los nadadores brasileros que anduvieron por Huanchaco. Sergio es el personaje central, flaco y moreno de pelo negro y ensortijado. Éste hablaba de la conciencia superior y de los ángeles. Eran los años setenta. El desenlace del cuento se da cuando treinta años después, en una entrevista en Brasil, el personaje declara haber estado en Perú para conocer Macchu Pichu, y que, también conoció Huanchaco y Chicama. Era el mismo que hablaba de viajes astrales. “Ahora, varias décadas después quien lo hubiera creído, era un escritor mundialmente famoso. Era el autor de “El alquimista” (p.75). En esa línea está “El ángel de la guarda” (p.77). No olvidemos que “El mar es dulce y hermoso, pero puede ser cruel”, como indicó Ernest Hemingway. Este libro, con eje temático del mar fortalece a la narrativa peruana.

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