Ayer se cumplieron 15 años de la inscripción de la ciudad sagrada de Caral-Supe en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco. Al respecto, la doctora Ruth Shady Solís, directora de la zona arqueológica, destacó que este aniversario permite reafirmar los importantes valores culturales de la civilización Caral, que data de hace unos 5000 años.
Shady señaló que este aniversario del reconocimiento mundial renueva además el compromiso del equipo de arqueólogos que trabaja en la zona por seguir investigando.
“Estamos trabajando en 12 centros urbanos de la civilización Caral para poder comprender mejor cuál ha sido su desarrollo a lo largo del tiempo. En esa perspectiva, continuamos en tener el sustento necesario para la comprensión de todo el proceso cultural, social, político y la cosmovisión con la que se desarrolló esta civilización, una de las más antiguas del mundo”, subrayó en entrevista con la agencia de noticias Andina.
REFLEXIONES
La arqueóloga sostuvo que los valores de la civilización Caral evidencian que, en el pasado, los antiguos peruanos supieron convivir con la naturaleza, promoviendo el intercambio y la interacción en beneficio de todos.
“El interés nuestro es, principalmente, que se conozca la visión que tuvieron de la vida desde que se formó la civilización Caral de vivir en armonía con la naturaleza y también entre los seres humanos, superando las diferencias de culturas, de organizaciones, promoviendo el compartir, la interacción y el intercambio en beneficio común. No hemos encontrado en ninguno de los centros urbanos ciudades amuralladas ni armas. Pero sí tenemos evidencias de interacciones culturales que se dieron. A lo largo de esta formación civilizatoria, creo que hay todo un mensaje para el presente y genera reflexiones de cómo debemos vivir los seres humanos”, enfatizó.
PROBLEMAS Y DESAFÍOS
Por otro lado, Shady dijo que lo que afecta a la zona arqueológica de Caral es la falta de seguridad policial para cautelar la integridad de los arqueólogos y trabajadores, así como del público visitante, y para evitar amenazas como las invasiones propiciadas por traficantes de terrenos.
“Hay mucho interés por los terrenos porque han subido de precio [...]. Necesitamos contar con, al menos, los cinco policías que teníamos hace cuatro años. Se nos pide que para los desalojos de los posibles invasores destinemos recursos de nuestro presupuesto, el cual ha sido recortado. Actualmente estamos sin custodia policial”, manifestó.
Respecto a los fondos, refirió que en el 2023 se asignaron 17 millones de soles, que fueron ejecutados en su integridad, pero para este año el presupuesto destinado por el Ministerio de Cultura asciende a solo 11 millones de soles. “Esta reducción presupuestal nos afectó y se tuvo que reducir el número de trabajadores”, lamentó.