Para Carolina Cano no existe nada que la haga sentir más viva como el teatro. Por cuestiones personales ha intentado huir de la actuación, sin embargo, vuelve a esa necesidad de conectarse con esa pasión que le es imposible desligarse por completo. La actriz vuelve a las tablas con un retador protagónico en ‘Sylvia’, una comedia teatral que narra la historia de una pareja que redescrubre el amor a través de una mascota. La obra estará disponible hasta el 4 de diciembre en el Teatro de Lucía.
A un mes de cumplirse ocho años del fallecimiento del recordado actor Carlos Cano, la artista revela conmovedoras anécdotas y los consejos más valiosos que le dio su padre.
—Esta obra ha sido una de las más exitosas en Broadway, incluso fue interpretada por Sarah Jessica Parker en una oportunidad. ¿Tenías conocimiento de esta puesta teatral?
—No, para nada. De hecho me invita Rodrigo Falla y era una propuesta súper arriesgada. No estamos acostumbrados de ninguna manera a ver en escena, en una obra convencional, a un actor haciendo de animal porque es raro y distinto. El texto me pareció delicioso y el personaje un reto superior, creo que de alguna manera no podía no aceptar.
—¿Qué tan complicado fue interpretar a un perro?
—Lo primero fue pensar en lo que haría o pensaría un perro en diferentes situaciones. Lo físico es importantísimo en este obra, hay mucha energía. También trabajo psicológico, lo humanos pensamos en cómo pensaría un perro, hay mucha chamba detrás del personaje. Me encanta porque al final para eso soy actriz.
—Supongo que los ensayos junto a Gustavo Mayer, Ebelin Ortiz y Sergio Paris han sido divertidos…
—Sí, de las cosas que más valoro, además de trabajar en esta obra, es el equipo humano que me ha tocado. Nunca había trabajado en teatro ni con Sergio ni con Ebelin pero con Gustavo he trabajado todo el año. Valoro muchísimo la buena energía y disposición para trabajar de la productora y de mis compañeros. Con total honestidad, viene muy bien acompañado este proyecto de un gran grupo humano. Salimos de función y queremos seguir juntos, esas cosas se encuentran cosas veces y las veces que se da es muy rico.
—¿No has pensando en aventurarte en la dirección teatral?
—Ahora estoy trabajando como productora ejecutiva hace casi un año, de hecho, en La Ira Producciones. La dirección es algo que a veces me tienta porque me quiero embarrar con todo lo que implica el teatro.
—Hace unos meses conversé con tu hermano Alonso y me comentó que cuando no había niñera tus padres lo llevaban al teatro. ¿Qué recuerdo tienes de tu infancia al crecer rodeada de este arte?
—Yo siento que hemos crecido en el teatro y ha sido parte de mi vida siempre. Toda mi familia son actores y nos llevaban a las obras todos los fines de semana. Más que recuerdos es una convención de que el teatro es mi vida. Además, me desligué del teatro en la vida porque como actriz tenía que hacer otras cosas. El teatro me vuelve a mi raíz pero no necesariamente era algo de lo que yo quería vivir siempre.
—El 23 de diciembre se cumple un año más del fallecimiento de tu padre Carlos Cano. ¿Cuál es el consejo más valioso que recibiste de él?
—Mi papá era extremadamente apasionado con el teatro y la actuación. Él decía que era importante ser constante para llamarte actor. Si le ofrecían un proyecto chico, para él era un trabajo igual de importante y digno para hacer. Cuando no podía, le generaba frustración. Por ejemplo, él participaba en los cortos de universidades, nos inculcó a mis hermanos y a mí, en ayudar en esos proyectos. Nos decía que los que te invitan son el futuro, ellos serán directores y productores y hay que ayudar a poner pasión en un proyecto pequeño porque al final aportamos a que se trabaje con actores de verdad y a seguir queriendo luchar con nuestros sueños. Lo principal que nos enseñó él ha sido meterle mucha pasión. Estoy asombrada porque sigo aprendiendo de él y eso es algo que la vida me ha enseñado, aprender de alguien que ya no está. El aprendizaje va a ser constante porque lo reflejo en tantas cosas y él era tan responsable. La pasión y respeto es lo que lo representaba, eso no lo dejaba faltar ni a un ensayo.
—¿Cuál es la vivencia que más recuerdas de él?
—Cuando mi papá tenía cáncer, lo internaban tres o cuatro noches cada dos semanas para sus quimios. Lo recogía muchas veces de Oncosalud para llevarlo a hacer función, él no faltó nunca. No voy a olvidar que tenía un estreno y él estaba muy frustrado porque su enfermedad no le permitía estar en los ensayos; lo ayudaron muchísimo. Recuerdo que era una producción de Bruno Odar e hicieron que los ensayos vayan a él, es decir, iban a su casa a ensayar. Le devolvieron toda la retribución del amor y la pasión por el teatro. Hubo un día que mi papá no podía hablar, estaba con muchas secuelas de la quimio y al día siguiente era su estreno. Yo no sé pero algo lo invadió. Recuerdo haberlo recogido con su maletín, él estaba muy preocupado por su estreno; nos genera mucha ansiedad los estrenos. Luego lo vi en el escenario, se paró en la mesa y dije: “No entiendo nada, esto es magia”. Estaba vivo, claramente ya se nos estaba yendo y no faltaba mucho, de pronto en el escenario brillaba y pudo hacer su obra. Me impresionó, me conmovió, me dio cachetadas de cómo yo trabajo como actriz y claramente tengo una formación desde casa para respetar este trabajo. Yo no tolero que alguien diga: “Me duele la barriga, no voy a ir a ensayar”, porque después de haber visto a mi papá en ese limbo de Oncosalud al teatro para hacer función con esa pasión y energía, no hay excusas. Él nunca perdió eso a pesar del cáncer.
—¿En tu caso la actuación te ha ayudado a sanar heridas?
—No sé si a sanar heridas porque no sé si antes yo tenía las heridas tan claras como ahora, pero sin duda el arte sí sana e invita a la reflexión, al autoconomiento, a abrirte a cosas nuevas. Los cambios y novedades nos generan temor de manera natural. A nosotros los actores nos ataca la pasión. He tratado de huirle a la carrera de la actuación muchas veces, justamente porque es una red que te atrapa y no vas a salir. Vives enamorada de actuar pero es un mundo muy ingrato también. Por querer estabilidad económica y de una vida diferente a la que viví de chica con dos papás artistas, quería huir y decía: “Ya no voy a actuar, se acabó esto para mí”. Cada vez que vuelvo a caer, caigo con mucha más pasión. Tengo una relación con el teatro que no me puedo desligar. El año pasado decía: “Necesito teatro, necesito volver a mi raíz, a volver a conectar”. La pandemia me alejó y se me hizo muy dura porque perdí mucho trabajo, muchos vínculos y me atacó la soledad. Fue súper duro para mí y la mayoría de personas en el mundo. Me hizo reflexionar en lo que quería en mi vida y lo primero que sentí fue el deseo de volver al teatro. El teatro es la respuesta. Con esa seguridad de que el teatro sana y hace bien, decidí no solamente actuar, si no también producir. Ha sido un año de mucho teatro y mi proyecto del próximo año es seguir con mucho teatro.
—¿Cómo ves el panorama actual del teatro en Perú?
—Hay mucho más teatro que antes, más propuestas y mucha gente que lo valora, no sé si tenga que ver con la pandemia que ha hecho que valoremos más lo presencial. Siento un cambio a favor y que la gente aprecia ir al teatro. No solo estoy produciendo y actuando, también dicto talleres de introducción a la actuación y en la primera clase pregunté: “¿Por qué están aquí? ¿Qué es lo que quieren?” La mayoría respondió que no quería dejar de hacer algo que tenían pendiente. Esa es una forma nueva de convivir en el mundo actual porque no sabemos lo que va a pasar mañana. Sabiendo que puedes perderlo todo, querer meterte a un taller de teatro, ir al teatro o vivir nuevas experiencias, solo hace querer sentirnos vivos. Para mí no hay nada que te haga sentir más vivo que el teatro.
—¿Extrañas la TV? ¿Tienes propuestas para el próximo año?
—Me gustaría muchísimo. Es algo que anhelo y extraño, siempre me ha gustado a comparación de otros actores. Hacer televisión es súper divertidísimo, es un trabajo que la gente valora mucho y genera estabilidad. Me encantaría volver, creo que nunca he querido volver a la televisión como ahora. Extraño mucho estar en una producción, tener que ir a grabar y aprenderme mis textos. No tengo propuestas lamentablemente pero tengo muchas ganas.