Conmueve “El accidente de Mocan”, en el cual el personaje niño siente los pasos de su padre por la cocina y el callejón de la casa.
Conmueve “El accidente de Mocan”, en el cual el personaje niño siente los pasos de su padre por la cocina y el callejón de la casa.

Diana Chávez Llamoga (La Esperanza, Trujillo, 1968). Publicó “Once poemas de Madre, maestra y mujer” (2020), “Días de sol y lluvia” (2022)y, recientemente, el cuentario “Entre adobes y ladrillos” (Carlos Vega, editor 2024), en el cual reúne recuerdos, vivencias y afectos, desde la niñez en el contexto social y familiar. Destaca la localización distrital que nos da un marco sociodemográfico que registra la situación económica y el modus vivendi de la gente de pueblo de procedencia andina o de los valles costeños.

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Piedra y pavo

El cuento “La piedra de la esquina” tiene como escenario las cuadras 12 y 13 de la calle Benito Juárez. Los personajes propician conversaciones, así gozan vecinos y familias procedentes de Casa Grande. En el argumento, los familiares participan en el sepelio del tío Alejo. Avanzan bajo el cerro Las Cabras, detrás de una cruz negra. Se desplazan entre rezos y cantos impulsados por la tía Rosita. En la narración, “El pavo operado” nos hace partícipes de las costumbres y de la generación de ingresos por personajes de nuestra clase media, ellos compran pollitos y pavitos, para crianza y posterior uso y/o venta. Sin embargo, ocurren hechos anecdóticos, como cuando recuerda que su madre con su madrina extrajeron gruesos tallos de alfalfas y se reían, sacudiendo el buche del pavo. Denota ironía.

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Hormigas y arañas

Después del terremoto de 1970, las casas de adobe quedaron destrozadas. En las paredes se descubrían “Las hormigas, las arañas y los saltaojos”, que distraían a los niños de esa década, mientras que los padres derrumbaron las casas damnificadas y empezaron a edificar paredes de ladrillo. Ante la mecha de la lámpara de kerosene se veían los saltojitos, que se subían por la pared de barro. Los personajes facilitan no solo la obtención de una educación consciente, sino que suman al proceso educativo, de manera que la conceptualización se facilita desde una identificación detallada que coadyuva al nivel educativo y con lo cual el estudiante desarrolla más su personalidad crítica y producción textual.

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Mocan

Conmueve “El accidente de Mocan”, en el cual el personaje niño siente los pasos de su padre por la cocina y el callejón de la casa. Hay una escena en la que, a oscuras, se abre la cortina de tela. Recuerda y narra que su padre entraba como un ruiseñor, silbando y cantando. Enseña que la imprudencia no es buena consejera por cuanto en el argumento trata de que de Mocan a Trujillo había escasa movilidad. La combi en la cual su padre se había embarcado de retorno a Trujillo cambió de chofer. Una mujer exigió manejar a su esposo en estado de ebriedad. El desenlace indica que, no obstante el accidente, el padre quedó vivo. Es literatura real.

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Perros

Las afinidades ecológicas para el goce familiar se encuentran en la trama de “El Rusti y la Olenka”. El sujeto narrativo en su discurso coloquial rememora que su padre había llegado de Casa Grande, trayendo tres perritos. Lloraban al haber sido arrancados de su madre. Se cita a otros perrunos: La Mariposa, perra envejecida, que al caminar enseñaba sus tetas debido a sus pariciones. El Tobi, para sus dueños, era un toro de Chuquizongo y jugaba con algún trapo o chompa roja. El Fido iba al mercado tras sus dueños. Lo anecdótico está en la llamada Diana que provocaba la preocupación de Lolita, quien se disgustaba ya que un perro no tenía por qué tener el nombre de su nieta.

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Familia

El sentir aflora en “El tío Alejo viene” trayendo el ruido de un martillo tosco, que, de rato en rato, calmaba. Un aire frío invadió su cuerpo. Lo vio alejarse vestido de polo blanco. Su figura se iba perdiendo y se tornaba sombra negra con los pies en el aire, y subió con dirección al cerro, hasta desaparecer. El aspecto social es más notorio en el cuento “Bajan en La Cruz”, que trata de esposos emprendedores de venta de ropa quienes alternan con los comerciantes de sandalias, pescado y otros que venden tubérculos. La delincuencia de esa época la hacían adolescentes que arranchaban monederos. Al terminar la venta diaria, los esposos retornaban. Llegaban satisfechos hasta La Cruz, paradero que corresponde a la Iglesia Madre de Cristo, junto a la Huaca del Dragón.

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Navidad

El libro concluye con “La fiesta de Navidad” y describe los nacimientos naturales que nos traen remembranzas cuando se armaba el nacimiento de la Navidad. La autora, con nostalgia narra los pesebres que se construían en los hogares: estos tenían semillas de maíz o trigo en tarritos vacíos de leche. En el momento oportuno la abuela sacaba el misterio, los llamativos animalitos y otros regalos que el niño Jesús había recibido como donación en años anteriores. La fe cristiana, con tesón inspiraba a las familias a construir caminos andinos, lagos, cielo, montes, rebaños y sus pastoras confeccionadas con telas de colores. Eran actos de fe y de esperanza.

La literatura infantil juvenil de la Libertad tiene en Diana Chávez Llamoga una maestra escritora, que contribuye al fortalecimiento de la creación y difusión artística literaria y, por lo tanto, aumenta la oportunidad de elevar no solo el nivel educativo, sino también el espiritual y social. Así sea.

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