Esta es una novela que, tras la admirable historia de amor, simboliza la lucha del hombre por sobreponerse a sus limitaciones socioeconómicas y por alcanzar sus sueños, aun desafiando a la naturaleza y arriesgando su propia vida.
Esta es una novela que, tras la admirable historia de amor, simboliza la lucha del hombre por sobreponerse a sus limitaciones socioeconómicas y por alcanzar sus sueños, aun desafiando a la naturaleza y arriesgando su propia vida.

El mar siempre nos cautiva y, al mismo tiempo, intimida. Así como es motivo de alegrías y libertades infinitas, también lo es de un sumo respeto y de un temor inefable. ¡Cuántas historias hemos escuchado o leído sobre el mar! ¡Cuántas aventuras, misterios y peligros conviven en/con él! ¡Y cuántas obras han visto la luz gracias a su inconmensurable potencial!

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Grandes obras de arte han germinado y florecido en torno al mar. He ahí la clásica e inagotable “Odisea”, de Homero. He ahí la maravillosa travesía de las “Veinte leguas de viaje submarino”, de Julio Verne. He ahí la gran puerta a la imaginación y la aventura en “La isla del tesoro”, de Stevenson. Pero, he ahí también aquella fábula de lucha y esperanza que simboliza la novela “La línea de la sombra”, de Joseph Conrad. O la envolvente “Moby Dick”, aquella obra maestra de la literatura universal que nos seduce con esa lucha obsesiva ante un enemigo que acecha desde las profundidades del mar…

El mar, el mar, el mar

Siguiendo esta gran tradición literaria y sumándose al camino trazado por el escritor Ricardo Espinoza Rumiche (“Entre el cielo y el mar”), o por el gran Luis Fernando Cueto (“Lancha Varada”), y/o por el indiscutible maestro Óscar Colchado Lucio (“Hombres de mar”), el abogado y escritor trujillano Fabel Santos Gutiérrez nos regala una trepidante, envolvente y conmovedora novela titulada “LA ÚLTIMA TRAVESÍA DE MOBY DICK”, publicada y presentada recientemente en la II FIL La Libertad 2024.

Esta es una aleccionadora historia de amor entre Eulogio y Francisca; pero es, al mismo tiempo, una historia de luchas, sueños, aventuras y desventuras. “Corre la década de los años cincuenta del siglo pasado. Dos jóvenes se enamoran en puerto Eten y, para evitar la oposición del padre de la novia, huyen; se casan en secreto en la ciudad de Chiclayo y luego se dirigen al puerto de Chimbote, donde Eulogio tiene prometido trabajar en la moderna lancha bonitera a motor Moby Dick”.

“La última travesía de Moby Dick” es una novela que, tras la admirable historia de amor (que trasciende la vida), construye también imágenes y realidades que nos desplazan bidireccionalmente en el tiempo. Por una parte, nos muestra la rebeldía ante los convencionalismos y las formalidades (que, paradójicamente se están generalizando en la actual vida moderna). Y, por otra, nos va mostrando las grandes limitaciones socioeconómicas que motivan las migraciones y la lucha constante por sobrevivir y cumplir los más caros sueños.

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El contexto de la novela

La novela nos ubica en el contexto peruano de mediados del siglo XX, aquella época en que Chimbote deja de ser una pequeña caleta de pescadores para convertirse en el “Primer puerto pesquero del mundo”. Y, junto a ese crecimiento, ser la más grande barriada del Perú. Todos los arenales y los humedales se llenaron de rancherías con migrantes de todas partes, especialmente de la sierra peruana (léase “El zorro de arriba y el zorro de abajo”, de José María Arguedas).

En ese contexto (auge e industrialización de la pesca), una moderna lancha denominada Moby Dick se convierte en la innegable oportunidad de un empleo promisor y, consecuentemente, en la materialización del sueño de la casa propia, de la mejoría económica y de la realización familiar… Sin embargo, la belleza de los sueños casi siempre viene acompañada de un correlato tormentoso, peliagudo o espinoso si no trágico.

“Trece tripulantes surcaban los mares, regresando varias veces por semana repletos del mejor bonito de nuestras costas, en una lucha constante del hombre contra la invencible fuerza la naturaleza. El peligro ronda en todo momento”.

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Organización de la trama

La novela está compuesta por siete capítulos. Inicia con el retorno de Francisca (la mujer amada) a la ciudad de Chimbote, lugar donde vivió con Eulogio (el amor de su vida). Luego, nos cautiva con los albores de la historia de amor entre Eulogio y Francisca: a la luz del sol, en el transitar por la arena y en el vaivén romántico de la pesca artesanal. Después la novela nos seduce aún más: nos cuenta la forma peculiar del matrimonio, solo con el consentimiento de la madre de Francisca y con la complicidad de algunos allegados, pero a espaldas completas del padre.

Continúa con la incorporación de Eulogio como trabajador de la Moby Dick y nos conmociona con los peligros que encierra el impredecible mar. Nos narra con suma crudeza, en un clima de conmoción y de angustia, el naufragio. Acto seguido, el narrador nos sume en la angustiante búsqueda de los pescadores. Y, en el marco de una estructura circular, cierra con el retorno y la aceptación del “irremediable vacío de la ausencia” que solo el tiempo permite sobrellevar.

Al margen de los imperdonables descuidos de digitación y de edición, esta es una novela que merece ser leída, por la envolvente trama que ha logrado construir Fabel Santos. Pero, también por lo que simboliza (el amor y la lucha por vivir mejor) y, sobre todo, por su valor histórico y literario, así como por su aporte con el lenguaje propio de los pescadores y de la pesca.

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