En 1918, César Vallejo inicia su obra literaria con género poesía “Los heraldos negros” y luego “Trilce” (1922). Después incursiona en la narrativa con el libro de cuentos “Escalas”, (marzo de 1923), y en seguida con su novela corta “Fabla salvaje” (mayo 1923), por lo que los tres últimos títulos datan de tiempo simultáneo en línea de creación y corrección. Entonces, son cuatro libros publicados por Vallejo antes de que se fuera del Perú (junio de 1923).
VER MÁS: Reconocimiento a escritores liberteños
Fabla Salvaje
Fabla de sonoridad femenina tiene procedencia de la lengua románica que se habla en el norte de la comunidad autónoma de Aragón (España). También tiene aproximación a fábula, desde la imitación convencional del español antiguo en las composiciones literarias. Para la DRAE es “concierto, confabulación”. El antecedente del uso del término “fabla” es por el mismo Vallejo en 1921 en el poema “Fabla de la gesta (Elogio del Marqués)”, el cual con la complicidad de Julio Gálvez Orrego se presentó al concurso municipal por el Centenario de la Independencia peruana en Trujillo, presentado bajo el pseudónimo de Korriscosso.
Tema-sub temas
Desde el inicio se identifica a la superstición y la predisposición del ser por creencias folklóricas de la cosmovisión andina. Además, se denotan los subtemas: los celos no fundamentados en hechos concretos sino por la imaginación. En consecuencia, deviene en el maltrato moral a la conviviente, da atención a la sombra inexistencia real, y finalmente, cierra en círculo con el nacimiento del hijo de la pareja, en instantes que Balta se suicida. Hay desequilibrio psicopatológico.
LEER AQUÍ: La Libertad: Libros y autores del año que se va
Personajes
Los personajes principales son Balta Espinar y su esposa Adelaida. También participan personajes secundarios y parientes de Adelaida (madre) y Santiago (hermano menor), de carácter fuerte y solidario. La localización es en Santiago de Chuco. Por otra parte, como indica en el prólogo, José Antonio Mazzotti, hay que subrayar también que, pese a que los personajes de “Fabla salvaje” (UCV,2021) son habitantes del ande, constantemente son caracterizados como “cholos”; es decir, mestizos. No son, pues, indígenas ni quechua hablantes, ni están vinculados a una comunidad tradicional o ayllu. La argumentación la revisamos en seguida tan solo de dos capítulos impares (por razones de espacio).
Capítulo 1
Una mañana, Balta se levantó de su lecho y se dirigió al espejo. Vio que alguien pasaba por detrás de él; volteó y el espejo cayó y se rompió en varios pedazos. Así empezó el desequilibrio mental de Balta. Inició la superstición debido a la ruptura del espejo y el canto de la gallina. Es la convivencia ante los fenómenos paranormales y el hombre frente al espejo roto imagina lo peor. En los primeros capítulos el lenguaje es connotativo, caracterizado por ser subjetivo, dependiente de las creencias y contexto, con el objetivo de transmitir sentimientos de una pareja de campesinos andinos.
PUEDE LEER: Las Memorias del alcalde Murgia
Capítulo 3
El argumento se centra en la locura repentina del campesino Balta, quien empieza a sentirse acosado por el ser fantasmal cuya presencia detectó en el espejo. Se constata el uso del hablar popular muy usual en Vallejo. Escribe que Balta hacía “de tripas corazón”. Le quedó pendiente el significado del raro “canto de la gallina”. Por los síntomas se enteró que Adelaida estaba embarazada. El lenguaje es denotativo, pues se ajusta a la realidad de los hablantes. Vallejo narrador logra su objetivo de comunicar de forma directa y clara. Aunque use “dobles” (espejo).
Capítulo 5
Al no aclarar su intriga con Adelaida, los celos de Balta van al extremo.
Este recelo se agudiza y él concluye que ella es infiel. Sin embargo, Vallejo en condición de locutor narrativo nos advierte que debemos tener en cuenta la expresión: “¡Desviación monstruosa, increíble, fenomenal!¡Desdoblamiento o duplicación extraordinaria y fantástica, morbosa acaso, de la sensibilidad salvaje!” (p.68). Recordó reuniones con amigos del colegio “muy leídos y cultos”. Uno de ellos dijo cierta noche: «A mí me pasó una vez una cosa horrorosa. Hallábame tendido, cara arriba, sobre mi cama, a eso de la hora de oración. Meditaba yo a solas, y de improvisto advertí que mis pies retirábanse y se alejaban sin fin. Advertime el cuerpo estirado y crecido gigantescamente, y, lleno de miedo y de espanto, quise pararme; no podía, pues chocaría con el techo. Empecé a gritar aterrado. Alguien acertó a ir por allí (p.71)”. Es un fenómeno paranormal.
LE PUEDE INTERESAR: Germán Rosas Rubio nos dejó literatura trascendental
Conclusiones
El cholo tipificado en Balta es un hombre influenciado por la superstición, sin lógica y realidad cae en la depresión creada por él mismo. El hombre andino aún conserva condiciones paranormales-parasicológicas. Coincidimos con José Antonio Mazzotti, cuando cita a Villarán-Broncano: “Los elementos de la cosmovisión andina presentes en Fabla salvaje y particularmente la relación con la naturaleza, en que los animales y las plantas logran comunicarse y presagiar los acontecimientos funestos que serán el fin de la unidad familiar. En tal sentido, el sustrato de una cosmovisión indígena, con una naturaleza que cuenta con su propia espiritualidad y plantea una relación bidireccional con los sujetos humanos constituiría un adelanto de una forma de realismo mágico” (p.21).