Jéssica Rodríguez, escritora, editora, y docente universitaria, decidió apostar por la publicación de clásicos y nuevas historias de la literatura infantil y juvenil. Fue así que, desde ediciones De Lirio, emprendimiento editorial que ella vio nacer, acaba de lanzar Margarita/Sonatina de Rubén Darío, ilustrado por Eduardo Masías, y los primeros relatos contemporáneos para niños de Carlos Garayar “Hip Hip, El Hipopótamo” y “La niña que no sabía soñar”, ilustrados por Natalí Sejuro y Jéssica Valdez, respectivamente.
“Yo había sido jefa de línea de literatura infantil y juvenil de editoriales grandes, ese campo te condiciona a hacer, sobre todo, un tipo de libros adecuados al lector y yo tenía ganas de hacer libros diferentes, en formatos distintos y no sólo pensando en el asunto del precio”, dice Rodríguez sobre su apuesta editorial.
¿En qué sentido buscabas algo diferente de lo que veías en otras editoriales?
Básicamente experimentar con los formatos, distintos tamaños, distintas formas de presentar, incluso, el mismo texto. Los libros tienen formatos diferentes, hay algunos, incluso, que tienen plegables al interior.
Y, además, están exquisitamente ilustrados…
Sí, y también en géneros que, muchas veces, un plan lector no considera. El plan lector está muy concentrado solo en narrativa, en novela, casi como pasa con los adultos. En realidad, la literatura es diversa y también los libros son un laboratorio de experimentación y, sobre todo, los niños y los adolescentes aprecian mucho estos cambios, entonces quería atreverme a hacer ese tipo de cosas que están haciendo muchas editoriales de la región.
Me imagino que tu preocupación es acercar a chicos y jóvenes a la lectura en tiempos en los que están más expectantes del último videojuego que sale.
Mi experiencia editorial pasa por el diseño de colecciones, entonces yo había diseñado, por ejemplo, colecciones como una de clásicos del Perú, en la que, justamente, el reto era ese: cómo hacer leer literatura de hace mucho tiempo a jóvenes de hoy que han nacido con todo el desarrollo de las redes sociales.
¿Cómo enfrentaste ese reto?
Pensé, por ejemplo, en hacer un recorrido un poco al cómic o a algunos elementos del manga para hacer como un paratexto y que los clásicos, sin necesidad de adaptarlos, pudieran estar como contextualizados y en un lenguaje más cercano al de los jóvenes. Eso es un poco lo que he aplicado acá: tratar de interpretar cada libro como un reto para que pueda haber un puente entre los lectores y el tipo de texto que quiero acercar.
¿En tiempos en los que todo lo digital se está imponiendo al impreso la edición y publicación de libros no es una inversión arriesgada?
Yo venía también de digitalizar libros pero, es cierto, lo digital -por supuesto- tiene muchas ventajas que tienen que ver con la inmediatez, con la facilidad y hasta con lo económico. Pero, por otro lado, yo creo que el impreso bien hecho, pensado de manera diferente y original, pues también tiene un público que combate algo que es muy difícil hoy, esa sensación de fugacidad.
Siempre hay que tener las cosas claras.
Yo quiero hacer libros que la gente quiera tenerlos, que quiera quedarse con ellos y que les ayude a repensar su tiempo frente a lo cultural. Recurro mucho, por eso, a ilustradores peruanos que necesitan estas vitrinas, también, para exponer sus estilos, sus interpretaciones, entonces hemos tratado de conjugar esas dos cosas para atrapar lectores en un mundo de sobre estimulación.
Has cuidado cada detalle en el proceso editorial.
Ha sido, en realidad, un proceso largo, complejo, y de reeducación de todos, porque hasta las imprentas necesitamos que se sumen al cuidado editorial que merecen estos libros. Queremos revalorar el libro también como un objeto doblemente artístico, tanto por los textos que contiene como por las imágenes y aquellos elementos que lo acompañen.
JÉSSICA RODRÍGUEZ
Escritora. Es Magíster y doctora en Literatura Peruana y Latinoamericana por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Actualmente, es catedrática de la Universidad ESAN y del diplomado en Literatura infantil y juvenil de la Universidad Ruiz de Montoya.