Este es un testimonio de adhesión y regocijo por tan luminoso reconocimiento a una nación que nos acogió generosamente a fines de los años 80.
Este es un testimonio de adhesión y regocijo por tan luminoso reconocimiento a una nación que nos acogió generosamente a fines de los años 80.

El otorgamiento del Premio Nobel de Literatura 2004 a la poetisa coreana Hang Kang, natural de la provincia de Gwanju, pero radicada en Seúl casi desde su niñez, la primera escritora del “País de la mañana tranquila”, confirma el reconocimiento al alto grado de desarrollo de la literatura y la cultura en tan importante nación. Lo que sigue es un testimonio de adhesión y regocijo por tan luminoso reconocimiento a una nación que nos acogió generosamente a fines de los años 80, así como un acercamiento al contexto poético pletórico de sentimiento e identificación con la naturaleza.

VER MÁS: Robert Jara y sus lúcidos hallazgos con olor a alcohol

ALGUNAS MUESTRAS

En poesía hemos accedido al volumen “Junto al crisantemo”, de So, Jong-Ju, uno de los poetas coreanos más apreciados y siempre voceado como candidato al Nobel; el volumen “Obra poética” (1968 – 1985) de Yong-Tae Min, que reúne los poemarios “A cuerpo limpio”, “Tierra azul”, “Isla” y “Estancias del tiempo”. En narrativa, hemos recorrido los volúmenes “La cárcel del corazón”, que reúne varios relatos (“El barco regresa”, “En el atardecer”, “Catarsis”, entre otros) y la novela “La casona de los patios”, de Wong Il Kim).

PUEDE LEER: Pensamiento y obra de Antenor Orrego

LA ANTOLOGÍA POÉTICA DE KIM, HYUN CHANG

El escritor y profesor universitario Kim, Hyun Chang nació en 1935 en Dangchin (provincia de Chungnam). Después de graduarse en la Universidad Hankug de Lenguas Extranjeras de Seúl, cursó estudios lingüísticos y literarios en el Departamento de Filología Románica de la Universidad Complutense de Madrid, donde obtuvo su licenciatura en Filología románica y luego el doctorado en la misma universidad con la tesis “Juan Ramón Jiménez y Rabindranath Tagore”. Posteriormente obtuvo una Licenciatura en el Centro Universitario de Estudios Europeos de la Universidad de Estrasburgo.

Desde el principio de sus estudios se interesó por el aprendizaje del pensamiento oriental y occidental, plasmado en varios libros sobre el tema, como “Dos europeos frente al miento hindú: Rudyard Kipling y Romain Rolland”, “El Zen y Juan Ramón Jiménez”, “La cultura coreana dentro del mundo (coautor) y “El pensamiento oriental en la literatura mundial”, en el que analiza a autores tan importantes, como Juan Ramón Jiménez, Rabindanath Tagore, Romain Rolland, Octavio Paz, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar y Erich Fromm, entre otros.

LEER AQUÍ: Un libro de cuentos para todas las edades

EL PROLOGUISTA MANUEL ALVAR

La mencionada antología de Kim, Hyun Chang se abre con el meditado, reflexivo y explorador prólogo del escritor español Manuel Alvar, entonces miembro de la Real Academia Española de la Lengua y profesor del serio y riguroso poeta y antólogo coreano: “Es difícil agotar unos temas que hablan de una cultura muy distinta de la nuestra o de unos sentimientos universales por ser humanos. Pero se me ha concedido el honor de abrir estas bellas páginas y he querido que las nubes viajeras llevaran sentimientos y los derramaran sobre las casas de mis amigos coreanos”.

Y concluye: “Todos los caminos de Corea me orientaron una y otra vez al templo más hermoso, a la gruta más llena de misterio o al mercadillo donde los pescadores trafican. Y hoy adelanto mis manos para conducir a Kim Hyun Chang en sus andanzas”.

VER AQUÍ: Fransiles Gallardo y los canales del Cumbe Mayo

MUESTRAS POÉTICAS

Al poeta Song Sam Mun pertenece este poema: “Cuando muera y se aleje mi cuerpo de este mundo/ ¿qué será de mí?// Sobre la cumbre del monte Pongnae/ seré yo un grande pino,/ y cuando la blanca nieve llene el cielo y la tierra/ me quedaré, solitario, verde./ Verde, me quedaré”.

Del poeta Jong Chol citamos estos versos de su poema “Saca mi corazón”: Saca mi corazón y haz la luna con él/ como la que hay en el cielo esta noche.// Cuélgala en lo más alto del firmamento.// Vete mi luna/ e ilumina el lugar donde queda mi querido rey”.

PUEDE LEER: Garrido Malaver en la agudeza de Bethoven Medina

LA OBRA POÉTICA DE YONG TAE MIN

Esta antología se inicia con el prólogo del académico español Francisco Ynduráin, quien desde un comienzo confiesa su admiración por el poeta coreano: “Todavía no salgo de mi asombro cada vez que releo, con renovado placer, las poesías del Dr. Yong Tae Min. Poesías en el más puro y limpio español. No conozco, ni creo que haya un caso tan asombroso de asimilación de una lengua tan distante no sólo para el uso práctico de la comunicación, sino lo que ya entra dentro de la maravilla, para una creación poética de la más refinada esencia”.

Al poema “Agua eres, tú, belleza” pertenecen estos versos: “En tu voz, no se oye/ más que el agua. En tus ojos/ no se ve más que el agua./ En todo tu cuerpo/ sólo el agua canta.// Agua eres, tú, belleza/ río tendido, caudal/ que viene y va.// En tu río, yo/ apenas soy un pez/ por mis llamas; apenas una barca/ por mi naufragio infinito.”

VER MÁS: Saniel Lozano y su inagotable aporte académico

EL POEMARIO “JUNTO AL CRISANTEMO” DE SO JONG-JU

So, Jong Ju constituye uno de los principales poetas coreanos. Profesor universitario, miembro de la Academia de Arte, Jefe del Departamento de Literatura de la mencionada academia, poeta galardonado en diversos certámenes literarios, es autor de una fecunda producción, en cuyo conjunto figuran sus libros: “El cielo del invierno”, “Como la luna que se dirige hacia el Oeste”, “El poema de los días de lágrimas de flamenco” y sobre todo su poemario “Junto al crisantemo”.

En el prólogo escribe Kim Hyun Chang: “So Jong-Ju orienta su poesía a cantar la vida y a aprehender el mundo desde varios puntos de vista. Busca el mundo corpóreo de forma vitalista en la década de los 30; en la de los 40 se esfuerza por alcanzar el mundo de la naturaleza y lo humano real que se armoniza con la naturaleza; en la de los 50 gira hacia la sumersión del espíritu de la dinastía Sila, y en la de los 60 regresa definitivamente al mundo budista.

UNA PROSA POÉTICA

Al mencionado poemario de So, Jong Ju pertenece esta hermosa y sencilla prosa poética: “Florece el melocotonero, la serpiente despierta de su letargo abriendo los ojos, ¡oh cielo, con el alma sobre la brisa primaveral que nos trae las verdes golondrinas! La sangre circula bien… si no hay ninguna enfermedad, ¡oh damisela! ¿No habrá algo triste? ¡Debe haber algo triste!

LE PUEDE INTERESAR