En CONTRA HEMISFERIOS, Christina Castillo trabaja con algunos de sus recuerdos para construir una poética que transita por diversos escenarios vivenciales; un arte que encuentra en la dialéctica de la palabra un instrumento que hace y deshace universos.
En CONTRA HEMISFERIOS, Christina Castillo trabaja con algunos de sus recuerdos para construir una poética que transita por diversos escenarios vivenciales; un arte que encuentra en la dialéctica de la palabra un instrumento que hace y deshace universos.

Juan José Arreola señalaba que “el poeta está condenado a memoria, padece memoria; él ya es testigo de lo que lo rodea y testigo trágico también de sí mismo”. La creación poética, en este sentido, es un proceso de acumulación vivencial que en su total plenitud y desborde halla en la palabra poética su calma. En la escritura lírica el poeta puede explorar y repensar sus vivencias, aquellas que se alojan en el recuerdo y que son una constante. En su poemario CONTRA HEMISFERIOS, Christina Castillo trabaja con algunos de sus recuerdos para construir una poética que transita por diversos escenarios vivenciales; un arte que encuentra en la dialéctica de la palabra un instrumento que hace y deshace universos.

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CONTRA HEMISTERIOS es el primer poemario de la escritora trujillana Christina Castillo. La propuesta estética que plantea la autora está relacionada a la noción de los dos hemisferios que dividen o complementan el universo humano. En la primera parte titulada Hemisferio izquierdo: muerte y poesía destacan versos que reflexionan sobre la creación poética misma a partir de las posibilidades que las palabras ofrecen, tanto en el uso como en la contemplación; “he descubierto / el papel de mi mano derecha sobre el papel / posee una técnica asombrosa / para la asfixia (…) con el tiempo / si los dioses son generosos / podrá oírse a lo lejos / un ahogado grito / de esperanza” (Elaboración de un poema)

La segunda parte titulada Hemisferio derecho: vida y razón ofrece un conjunto de textos líricos que nos interpelan a partir de condiciones más cotidianas como el recuerdo familiar, el amor o la condición de ser mujer; “en ti todas las voces / suenan como un parque lleno de árboles y lamentos / en ti, todas las caricias saben como un perdón, un rezo / porque has sido crucifixión” (Conversación con una mujer). Ambos hemisferios son parte de una misma superficie y evidencian metafóricamente cómo la poesía es esencial a la existencia; la propuesta de Christina Castillo no es la de dividir dos hemisferios en el que se contemple solo creación poética o solo se viva lo cotidiano; más bien, pienso, que la presentación de uno es el recuerdo constante del otro.

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La dialéctica de la palabra poética

En la poética de Christina Castillo, la palabra no es solo la unidad lingüística dotada de significado que sirve de insumo para crear imágenes que acentúan los bordes humanos; la palabra es también el espacio en el que voz poética se cobija y desde ahí pretende redescubrir un mundo perpetuo y efímero a la vez. El sujeto lírico va a decir primero que las palabras significan muchas cosas; “la palabra que se convierte en destino / que se convierte en venganza” (El anticuerpo / la poesía); pero luego va a revelar que podrían carecer de valor; “la palabra ha dejado de importarme / con rabia / escojo su silencio / que a fuerza de solemne criatura / arranca de mi lengua innumerables manos” (Poesía nace). Al final, sin embargo, uno descubre que la palabra es transcendencia, es aquello que nos permite asfixiar la realidad o dar gritos de esperanza.

En la poesía de Christina Castillo, la palabra no es solo pronunciación y escritura; representa, además, la posibilidad de impregnar gritos y consuelos que –alojados en el recuerdo– estructuran una poética universal de lo humano. La poesía se sirve de la palabra para desbordar el cuerpo y la fragilidad del alma; “dudamos de la palabra / mientras que la poesía nos escurre por el cuerpo / la fragilidad de la exageración / si repasamos la importancia del tiempo / no nos llevamos el conocimiento de su paso” (La palabra nunca es exagerada). La poesía transciende a las palabras, sin negar la importancia vital que estas tienen para entender el mundo.

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Evocaciones poéticas

Un aspecto también significativo en CONTRA HEMISFERIO se relaciona con la capacidad que tiene la palabra para que con su sola presencia el ser humano sea capaz de evocar circunstancias que durante mucho tiempo han descansado en la memoria y que de pronto despiertan para exaltar nuestras emociones. En el poema El ojo de Edelmira, por ejemplo, el sujeto lírico entra en una habitación olvidada por el tiempo para presenciar imágenes de un ser querido que significa el pasado y el futuro a la vez; “el futuro es una lágrima que sin querer mis ojos / continúan alimentando / esta casa en las tinieblas”. El crujir de la casa que tan bien describe la poeta en todo el poema es, asimismo, el crujir del tiempo que nos ahoga y se instala en esta efímera habitación en la que ahora nosotros habitamos.

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