Jaime Chihuán Gálvez desde el 2019 ejecuta el Proyecto Vallejo, bajo la dirección literaria de Marco Martos e inicialmente de Omar Aramayo. Edición al cuidado de Manuel Linares y Antonio Ureta. Asimismo, José C. Chihuán Trebejo en la novela gráfica “En París con aguacero”, que narra una historia de Vallejo. Además de las ediciones facsimilares de “Los heraldos negros” y “Trilce”. Ahora, nos presenta “Los poemarios fantasmas de César Vallejo”, por Jorge Nájar.
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Vallejo
César Vallejo publicó en el Perú “Los heraldos negros” (1918), “Trilce” (1922), “Escalas” (1923) y “Fabla Salvaje” (1923). Quienes mejor interpretaron al vate –en su época– fueron Antenor Orrego (filósofo) y Jorge Basadre (historiador), considerando que después de cinco años de publicado Trilce, en la revista “La Sierra” (Nº 13-14), Basadre escribió: “Trilce no fundamenta su estética en que la obra de arte es sólo obra de arte, en que el arte es un juego. Aunque rompe con la lógica objetiva y cerebral y va a una personal realización, su deshumanización es para dejar más desnuda el alma en sus raíces afectivas”.
En Francia
La biografía y correspondencia de Vallejo, en Francia, indica que siguió escribiendo periodismo, poesía y novela. Sin embargo, hay discrepancias por la obra poética inédita que dejó, sobre todo la denominación del conjunto de poemas. A la vez, se acepta que dejó organizado “España, aparta de mí este cáliz”. El poeta Marco Martos advierte que hay varias interpretaciones, como la de Ricardo Silva Santisteban, quien prefirió aceptar el título de “Poemas póstumos” diferenciando lo editado en vida y lo que quedó pendiente. En cambio, Américo Ferrari los denominó “Poemas de París”, considerando la localización.
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Georgette
Georgette Vallejo y Raúl Porras en 1969 publicaron los poemas póstumos de Vallejo en tres libros: “Poemas humanos”, “Poemas en prosa” y “España, aparta de mí este cáliz”. Tal como se difunden actualmente. Sin embargo, Juan Larrea (apreciado por unos y cuestionado por otros) sostiene que hay dos grupos de poemas, a unos los llama “Nómina huesos” y a los otros, “Sermón de la barbarie”.
Najar
Jorge Najar (quien vive en París desde 1976) ahora nos presenta “Los poemarios fantasmas de César Vallejo”, uniendo los libros que Larrea los propone independizados. Najar ha recreado la vida del poeta más importante en lengua española del siglo XX, desde su nacimiento en Santiago de Chuco, 1892, hasta su muerte en París, 1938. De esa investigación resultó la novela “César vallejo, la vida bárbara” editada por el Fondo editorial de la Municipalidad de Trujillo y la segunda edición, por Sinco Editores, en la cual agregan documentos fotográficos de la época.
Poemarios Fantasmas
Jorge Nájar, con iniciativa y acuciosidad, ha publicado “Los poemarios fantasmas de César Vallejo” (2022), siguiendo el planteamiento de J. Larrea, quien utilizó precisamente la misma expresión para referirse a la producción póstuma vallejiana. Se reseña que Larrea hizo una edición basándose en el color de la cinta de la máquina de escribir, así pudo colegir la fecha de la escritura de poemas, para organizarlos cronológicamente. Najar, en cada libro fantasma, considera un ensayo introductorio, esclarecedor y también apertura el debate. Con rigurosidad incluye notas interpretativas en los 95 poemas, y se sustenta en los aportes críticos del reconocido vallejiano Ricardo González Vigil.
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Nómina de huesos
Vallejo escribió de puño y letra, una lista –que algunos han olvidado– en la que anuncia una serie de títulos posibles para sus poemas, uno de los cuales era “Libro de poemas humanos”. En esa relación de títulos también figura “Nómina de huesos”. Nájar intriga al lector: “¿Qué aporta este primer libro fantasma? En primer lugar, la hegemonía en Vallejo de la poesía sobre todas las otras exigencias de la vida. Además de lo que él mismo dejó anotado en una de sus libretas: “No es poeta el que hoy pasa insensible a la tragedia obrera…, estamos ante la confirmación de que en su obra plantea una de las poesías más intensas del siglo XX escrita por un bárbaro escapado de una aldea andina para venir a extraviarse en el río de las calles de la ciudad más cosmopolita en los días previos a la Segunda Guerra Mundial” (p.25).
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Sermón de la barbarie
El título “Sermón de la barbarie”, Larrea lo toma de uno de los versos de la tercera estrofa del último poema, “Sermón sobre la muerte”: ‘Sermón de la barbarie: estos papeles; / esdrújulo retiro: este pellejo’, fechado por el mismo Vallejo: 08. dic. 1937 (p.277). Nájar se basa en los “autógrafos olvidados” (facsimilar, PUC 2003) de Juan Fló y Stephen Hart para distinguir la poética posterior a “Trilce”, viene “la clave de sus rupturas con la retórica y el poema bonito”. Precisa que “las correcciones superpuestas sobre el poema en curso y en las márgenes, así como las listas verticales de palabras tachadas a medida que el poema se va configurando, dan testimonio de todo ese proceso de concepción como creación de otro ser: el poema” (p.135). Queda claro que Vallejo asume otro lenguaje de expresión, con otro ritmo y contenido más social y universal dado los acontecimientos políticos de la época. Vallejo humano y universal, vive.