El libro de cuentos “Hackers” (Cocodrilo Ediciones, 2024), es la apuesta de la escritora Paula Ramos Pizá por un género literario que considera mucho más complejo de lo que se piensa. “El cuento tiene sus propios mecanismos, sus estrategias, sus estructuras, hay toda una tradición poética detrás, bastante amplia y también plantea toda una exploración del mundo. Me parece que el género cuento es bastante valioso, muchas personas piensan que es una especie de etapa previa a la novela”, dice Ramos, quien presenta una selección de relatos que nos recuerdan que, en medio de la rutina, siempre hay espacio para lo inesperado, lo sorprendente y lo inusual.
¿Realmente el cuento es una etapa previa a la novela?
Claro, es como una especie de ensayo a la novela, pero yo creo que el género cuento es muy rico y que incluso hay autores que se han dedicado solo a escribirlos como Borges, Ribeyro, o Carver, por ejemplo, y han logrado una obra magnífica. Con el cuento se pueden representar muchas visiones del mundo, muchas poéticas y también narrar diversas situaciones.
Tus relatos incluyen a la mujer, la familia y la vida cotidiana. Sí, estos cuentos yo los he tratado de trabajar desde el tema de lo cotidiano, de lo que sucede en el día a día, a veces de los eventos minúsculos también se puede explorar el mundo, o lo humano. A la vez he querido incorporar otros elementos como hilos conductores, ver temas como por ejemplo el de la ansiedad, el tema de los temores, muchos de mis personajes lo viven.
Lo cotidiano de lo que hablas, hoy también incluye ese mundo virtual al que accedemos, ¿por eso el título del libro, Hackers?
Justamente los hackers son como una especie de referencia a esos miedos, a esas ansiedades que pueden interrumpir de pronto nuestra vida cotidiana, el hacker invade y genera disturbios y miedos. El primer cuento, Hackers, explora un poquito el tópico del terror, el tópico de la casa embrujada, y va a tratar de explorar si es que en la actualidad esos temores antiguos a lo sobrenatural, siguen teniendo cierta vigencia.
Nuestros fantasmas ahora son esos hackers que nos pueden robar la tranquilidad.
Claro, eso ha cambiado, también podría ser la invasión de los estados de ánimo, la ruptura, por ejemplo, de la tranquilidad a partir de ciertos estados mentales que nos pueden trastornar, que pueden hacer que nuestro yo también se aliene. En algunos de los personajes, también se trabaja ese tema del trastorno mental o el de la ansiedad.
Siempre planteaste a la mujer como protagonista de todos los cuentos. En realidad, elegir a la mujer como protagonista de todos los cuentos, ha sido un largo camino. Desde que tengo ocho años siempre me ha gustado leer, desde los grandes autores del realismo, a las grandes novelas sobre el mar, así que cuando yo empecé a escribir, desde que casi era una adolescente, empecé trabajando con voces masculinas, y mis cuentos tenían personajes masculinos. A veces quería masculinizar mi voz, porque la narrativa que había llegado a mí era básicamente narrativa hecha por varones.
¿Y qué pasó después? Luego eso va a variar porque voy a descubrir la literatura que empieza a hablar sobre lo cotidiano, temas que no habían sido tocados por el canon masculino. Empezar a narrar a partir de la maternidad, a partir del hogar, los hijos, sobre temas que nunca antes había trabajado. Se fue dando, entonces, esto de escribir cuentos sobre mujeres, con personajes mujeres y con temas cotidianos.
¿Cómo es tu proceso creativo? Para escribir, toda la vida he procurado tener horarios. Soy profesora, justamente mi trabajo lo he elegido por eso, porque ser docente me deja cierto margen de tiempo para poder escribir, obviamente, yo también soy mamá, y a veces este tema de la maternidad en la vida diaria también es un poquito demandante. A pesar de ello trato de tener ciertos horarios, de leer mucho también, porque a partir de la lectura o el estudio de los textos, uno aprende bastante.
Para escribir literatura es imprescindible leer.
Hay que conocer toda la tradición, incluso a veces el estilo narrativo uno lo va adoptando haciendo una revisión de toda la tradición nacional e internacional.