Se encontró una escalera de acceso en la fachada norte del sitio, acompañada de muros escalonados decorados con colores blanco, rojo y amarillo-ocre.
Se encontró una escalera de acceso en la fachada norte del sitio, acompañada de muros escalonados decorados con colores blanco, rojo y amarillo-ocre.

La Huaca Mochan, situada en el sector Calunga del valle bajo de , ha sido el foco de investigaciones arqueológicas desde las primeras exploraciones de Jorge Muelle en 1937 y Rafael Larco entre 1938 y 1939. Durante décadas, se asumió que pertenecía a las culturas Virú o Gallinazo, debido a la técnica de construcción de los adobes. Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que este sitio fue edificado por los Moches, cambiando así el enfoque de su estudio y relevancia histórica.

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Hallazgos

El Proyecto de Investigación Arqueológica Valle de Virú (PAVI) de la Universidad Nacional de Trujillo (UNT), ha sido clave en la redefinición de la Huaca Mochan.

Liderado por el docente e investigador Feren Castillo Luján, y con la colaboración de los arqueólogos Astrid Vergara, José Gamboa y el conservador Alex Clavo, el equipo ha revelado importantes descubrimientos durante las excavaciones de 2023 y 2024. Entre estos hallazgos destaca la identificación de tres de los cinco edificios superpuestos en el perfil sur, construidos con adobes de gabera de caña, una técnica asociada a la cerámica Moche IV y al subestilo Moche-Huancaco.

Uno de los elementos más fascinantes encontrados es una escalera de acceso en la fachada norte del sitio, acompañada de muros escalonados decorados con colores blanco, rojo y amarillo-ocre.

Según Castillo Luján, este hallazgo, junto con las estructuras arquitectónicas enlucidas y restos de cerámica Moche, textiles y techos colapsados, refuerza la idea de que la Huaca Mochan pudo haber sido un templo ceremonial de gran importancia para los Moches.

Las evidencias recogidas en la Huaca Mochan sugieren que este sitio, con una antigüedad estimada entre 1200 y 1500 años, pudo haber sido un templo ceremonial estratégico para el control de los canales de riego cercanos al río Virú, subrayando la estrecha relación de los Moches con las comunidades locales de la época.

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