“Coqui” no desaprovecha el tiempo y decidió especializarse en el coaching deportivo, con la finalidad de brindar el apoyo que necesitan los atletas para tener un óptimo rendimiento
“Coqui” no desaprovecha el tiempo y decidió especializarse en el coaching deportivo, con la finalidad de brindar el apoyo que necesitan los atletas para tener un óptimo rendimiento

El buen rendimiento de un futbolista no solo depende de su físico o talento, sino también del aspecto mental y emocional. Precisamente, Jorge Molina, quien militó en San Martín en el 2023, entendió la importancia de esos factores, por las vivencias que tuvo a lo largo de su carrera, y decidió incursionar en el coaching deportivo, en busca de ayudar a los jugadores.

Fuiste uno de los más experimentados en el club santo. ¿Cómo te sientes en esa posición de liderazgo?

Me gusta liderar, es un don que descubrí hace algunos años. He sido capitán en varios de los equipos a los que pertenecí y ese es un rol importante. No solo es llevar la cinta, dado que los compañeros observan todo el tiempo, sobre lo que uno hace y lo que no, cómo se comunica, qué transmite. También, es el medio para hablar con los técnicos y directivos. Por eso, es una responsabilidad difícil y, a la vez, bonita. Pienso que los clubes deberían desarrollar líderes desde temprana edad, porque no solo es liderar, también es liderarse.

¿Qué te planteaste para el 2024?

Estoy esperando propuestas y, por otro lado, sigo con mis clientes, porque vengo ejerciendo el coaching en diferentes rubros. Además, continúo preparándome en esa segunda pasión.

Y, ¿de qué forma nació la idea de aplicar a ese campo?

Soy coach profesional, especializado en Coaching Deportivo. Estudié en una escuela de Argentina, avalada por la Internacional Coaching Fereration (ICF). Nació porque lo experimenté en carne propia, llegó a mi vida en el momento justo de mi carrera e hizo que juegue más tiempo, porque me ayudó a desbloquear habilidades que no había visto. Por ejemplo: el liderazgo, gestionar mejor mis emociones en un entrenamiento o partido, tener conversaciones internas positivas. Y eso es lo que necesitan los deportistas, estar serenos y con claridad para competir. Otros quieren llegar a la élite, pero son hostigados por sus padres. Hay varias cosas que he visto en mis 16 años como profesional y me di cuenta que el coaching puede ayudar, como a mí. A nosotros, los futbolistas, nos hacen creer que somos superhéroes y, como la sociedad alimenta esa creencia, nos cuesta pedir ayuda.

Teniendo más información sobre el coaching, ¿qué tanto crees que debería implantarse en el Perú para un crecimiento general?

Es una herramienta para potenciar a los jugadores y no viceversa. Desde esa premisa, si los clubes quieren conseguir cosas importantes, deberían profesionalizar áreas que son importantes para el deportista y una de ellas es el coaching. A los jugadores les exigen resultados, sin importar lo que sienten por dentro. Sé que algunos clubes tienen a su coach y me alegra, dado que se preocupan por la parte humana y, obviamente, porque quieren resultados, pues gestionar 25 o 30 personas para apuntar a un mismo lado es un gran desafío.

¿Cómo es el manejo de la presión, ansiedad y el control ante las críticas en el deporte?

Existen diferentes estímulos y variables que influyen en la performance de un deportista, para bien o para mal. Y las críticas impactan de diferente manera: potencia o disminuye el rendimiento. Las presiones que existen no diferencian si eres joven o experimentado y ahí aparece el coach. Puede ser mediante una conversación confidencial, para que el deportista se dé cuenta por sí mismo sobre qué interpretación le da a las críticas y si eso le abre o cierra posibilidades. Igualmente, qué emociones visualiza cuando escucha o lee un comentario en redes sociales y, así, cocreando juntos e ir despejando el camino para tener un rendimiento óptimo.

A veces, una mala actuación puede disminuir la confianza de un jugador. ¿De qué manera se puede afrontar ese problema?

El error es parte del aprendizaje y aún más en el fútbol, donde tomas decisiones constantemente, bajo emociones que son cambiantes. Cuando haces un buen pase o erras otro, al igual que si te expulsan, metes un autogol, etc. Y ni qué decir si ganas o pierdes, no un partido, sino un campeonato. Para el futbolista, es como si se le derrumbara el mundo. Hay diferentes instrumentos que puede usar un coach, como escuchar al deportista, puesto que cada uno es un universo distinto. Los coaches somos especialistas haciendo preguntas, entendiendo lo que dice y no dice una persona, es ahí donde podemos encontrar pensamientos o creencias limitantes que les cierran posibilidades.

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