El mercado de criptomonedas a nivel global proyecta un crecimiento impresionante: de US$ 754 millones en 2019 a un estimado de US$ 1,758 millones para el 2027.
Se debe tomar en cuenta también la variación al alza que ha experimentado el Bitcoin, la criptomoneda más conocida, en las últimas semanas, hasta llegar a una cotización por encima de los US$ 60,000 el último lunes tras el atractivo que ha ganado como activo de riesgo.
Se trata de un fenómeno mundial ligado a la transformación digital acelerada por la pandemia del coronavirus que viene experimentando el planeta a todo nivel. Desde hace algunos años, esta tendencia también se replica en el Perú.
“En Perú, la mayoría de usuarios emplean las criptomonedas como un medio de inversión. Su compra y venta ya es una de las inversiones que más se ve en el país. El crecimiento que vienen teniendo las criptomonedas a lo largo de Latinoamérica es también muy acelerado”, explica Guido Quaranta, fundador y CEO de SeSocio.
“Por ejemplo, Perú se encuentra entre los primeros tres países con mayor volúmenes negociado en criptomonedas detrás de Colombia y Venezuela en algunas plataformas de compra/venta”, añade.
Las divisas virtuales y la tecnología que las sostiene (blockchain) ya son empleadas en el país en diversos rubros. Esta masificación y mayor aceptación de parte del público abre ventanas de oportunidad interesantes para las personas que quieran iniciarse en el uso de criptomonedas. Estos son solo algunos ejemplos.
- Remesas más rápidas y libres. El no depender de una institución financiera da mayor libertad a las operaciones con criptomonedas. Los peruanos suelen utilizar criptodivisas para transferir dinero fuera del país ya sea porque tiene algún familiar afuera o algún negocio en el exterior. “Esto agiliza el flujo de dinero, lo que permite transaccionar de manera ágil sin la necesidad de pasar por un banco y perder días por cuestiones operativas”, explica Quaranta.
- Mayor transparencia en las operaciones con el Estado. La tecnología blockchain (que se encuentra detrás de las criptomonedas) genera un registro inmutable. Esto significa que la información que se incorpora a este registro es casi imposible de modificar, lo cual genera un ambiente de confianza y transparencia en sus transacciones. Esto es aplicable en contrataciones y operaciones que impliquen dinero público. El Ministerio de Vivienda, por ejemplo, ha registrado el Bono Mivivienda Verde en la blockchain de LACChain, para promover la construcción de viviendas sostenibles.
- Alternativa a futuro en un mundo incierto. La pandemia trajo mucha incertidumbre al mercado y ha llevado a la quiebra a empresas históricas en sectores tradicionales. “Históricamente las personas buscan el oro como un refugio de valor. La pandemia ha ido dándole espacio a las criptomonedas como una alternativa. Por eso muchos han llegado a llamar al Bitcoin ‘el oro digital’. Hoy, es una buena alternativa de inversión ante un mundo tan cambiante”, detalla Quaranta.
- Democratización de las inversiones. El mundo de las finanzas e inversiones puede no parecer muy amigable para el público en general. El uso de criptomonedas permite a cualquier persona acceder a una cartera de inversiones y manejar su futuro financiero sin necesidad de atarse a una institución financiera.
“El gran crecimiento de las criptomonedas en Perú implica que se irán sumando nuevas empresas que provean productos y servicios relacionados a las criptomonedas. Además, es probable que veamos el desembarco en el país de grandes empresas ligadas al rubro para comenzar con operaciones locales. Esto es algo que se está viendo a lo largo de toda la región, lo que demuestra que el ecosistema latinoamericano de criptodivisas es muy fuerte a nivel mundial”, finaliza Quaranta.