Ante la decisión del gobierno de endurecer las medidas de confinamiento en algunas regiones a raíz de la segunda ola, algunos gremios han pedido que el transporte público aumente su flota y no tenga restricciones de horario, y se habilite el privado.
En el caso de la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (ComexPerú), a través de un comunicado, propuso a las autoridades que el transporte público opere las 24 horas y el transporte particular se autorice “como complemento del primero, para las personas que requieran salir de sus domicilios a realizar otras actividades permitidas”.
Un llamado similar realizó la Asociación de Contribuyentes del Perú (ACP). Siguiendo la experiencia de otras ciudades como Bogotá, Santiago y Madrid, proponen un transporte público con horario ampliado y con el 100% de la flota operando.
“Cuando se restringen los horarios, crees que estás desincentivando a la gente a moverse, cuando lo que va a ocurrir es que todos querrán moverse en el transporte público en el pequeño horario que le das. Lo que hay que hacer es ampliar flota y tiempo para que haya siempre menos gente a toda hora del día”, sostuvo José Ignacio Beteta, presidente de la ACP.
Respecto al uso del auto particular, comentó que se debería permitir para salir a comprar en el mismo distrito, con lo que se evita que se sobrecargue el transporte público. El problema, apuntó Beteta, es que el Estado busca las medidas más generales y simples, no porque sean las mejores, sino porque no tienen capacidad de fiscalizar. En otras ciudades el Estado hace lo posible por no quitarte libertades, y cuando ya no puede hacer otra cosa te las quita, precisó.
Parte de su propuesta también es que Lima funcione con sectores divididos donde haya más o menos restricciones de acuerdo al nivel de contagios. Opinó que debemos cambiar la configuración como ciudad para que se eviten las aglomeraciones para los siguientes próximos años, cuando se masifique la vacuna.
“Y para los siguientes 6 o 7 meses va a ser más crítico, porque vamos a seguir manteniendo restricciones y hay que tener una estrategia. Para que la cuarentena pueda extenderse sin empobrecer a la población tiene que ser una cuarentena inteligente, focalizada y que ataque las aglomeraciones. Asimismo, en servicios esenciales no debe haber restricción de horario”, exclamó.
TRANSPORTE BAJO LA LUPA
Luis Quispe Candia, presidente de la ONG Luz Ámbar y especialista en transporte, coincidió con los gremios. Explicó que nuestro país, al ser el único de Sudamérica que no tiene un servicio integrado de transporte, hace que la situación del transporte sea más complicada.
Sostuvo que el transporte público es el punto de mayor infección al ser el lugar donde se aglomera la población para viajar de su casa al trabajo y viceversa. Y esto se debe a que por un lado no hay suficientes vehículos, y por otro lado piden que el aforo sea del 50%, lo que muchas veces no se cumple.
Según el especialista en Lima tenemos el transporte ordenado, conformado por el Metropolitano y corredores complementarios, que cuando no hay pandemia moviliza 1,2 millones de viajes por día; y tenemos el transporte tradicional de combis y coasters con más 18 millones de viajes al día.
En este último segmento, las empresas son afiliadoras, no propietarias de las unidades, por lo que no puede exigir a los trabajadores que salgan a trabajar o no. Y si no salen es porque realmente no les es rentable. Quispe Candia propuso que el Estado les dé libertad a estas empresas para que operen con el 100 % de su flota, “quizá no van a salir todos, pero por lo menos es darle esa facilidad para que la población se movilice”. Y pidió que la ATU sea más asertiva en sus decisiones, por lo menos en el caso de Lima.
Respecto a los vehículos particulares, el titular de Luz Ámbar acotó que considerando que no hay mayor actividad económica muchos vehículos no salen. Y los que deben hacerlo de manera imperativa, tienen la opción de sacar su pase vehicular.
“Lo que creo que no debería haber son multas tan elevadas, hay que facilitar también al que necesita movilizarse. No deberían ser multas draconianas, porque de repente con una amonestación es suficiente. Creo que la comunicación con la población no es buena”, apuntó.